La Fórmula 1 y los pilotos están de enhorabuena, la empresa Bell Racing ha conseguido desarrollar su tecnología de resistencia en los cascos que suministra oficialmente a la competición. Uno de los proveedores más grandes del mundo ha creado una nueva visera para evitar acontecimientos como los ocurridos con [Felipe Massa] en el pasado GP de Hungría de 2009. En aquel Gran Premio, Felipe fue alcanzado de lleno por un muelle del sistema de suspensión del coche de Rubens Barrichello. El casco de fibra de carbono consiguió soportar el impacto de la pieza de más de 800 gramos de peso a una gran velocidad, no obstante, el soporte del visor se rompió dejando el rostro del brasileño al descubierto.
Cuando hablamos en la materia de seguridad la Fórmula 1 nos referimos a monoplazas blindados en fibra de carbono, trajes ignífugos y refrigerados o cascos antibalas capaz de salvar la vida del piloto en circunstancias extremas. Toda seguridad es poca cuando se viaja a 350 km/h pegado al asfalto y con los muros tan cerca, pero favorablemente y año tras año la investigación y las nuevas aplicaciones en seguridad ofrecen una mayor garantía de supervivencia a los pilotos.
El departamento de la FIA encargado de investigar y desarrollar meterías en seguridad, continúa trabajando para evitar este tipo de acontecimientos. La empresa Bell Racing presentó su idea a la FIA y ha sido llevada a la práctica con bastante satisfacción. Los pilotos encargados de probar las nuevas viseras han sido Vitaly Petrov, Sebastian Buemi y Sergio Pérez. Las viseras actuales son un elemento de seguridad estándar recomendadas por la FIA, pero después de lo acontecido y observando los grandes resultados de los visores blindados, podrían convertirse en un elemento obligatorio en un futuro cercano.
La nueva aplicación se construye con el mismo material que la actual, la fibra de aramida, una elemento sintético que se utiliza en trajes y superficies ligeras antibalas. Su nuevo secreto para desarrollar este material es fundirlo a través de un calor intenso a una temperatura específica y, finalmente, se termina con una capa de fibra de carbono. Esta pieza tan sofisticada pesa tan solo 66 gramos.
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