Kevin Thomas ha montado su propio coche a partir de piezas compradas en e-Bay y a coleccionistas
En este improvisado garaje va tomando forma el coche de Kevin Thomas, tras un paciente trabajo de busqueda de piezas a través de e-bay
Kevin Thomas es un aficionado a la F1. Pero no un aficionado cualquiera. En el cobertizo-garaje de su casa se esconde un F1, un auténtico F1, falto tan sólo de motor. Un juguete que no le ha costado demasiado dinero, unos 10.000 euros, aunque sí bastante tiempo.
El sueño de Thomas posiblemente habría sido poseer uno de estos coches, aunque fuera de temporadas atrás, como hacen los grandes y reputados coleccionistas. Pero esto era algo que quedaba fuera de sus posibilidades y debía contentarse con coleccionar objetos relacionados con la F1.
Todo cambió para él hace unos tres años, el día en el que, tras ver en un concesionario Renault cerca de Brighton un 'showcar' ( maqueta tamaño real), del Renault F1 se topó en e-Bay con un ex mecánico de BAR que ponía a la venta dos monocascos, procedentes de un BAR-001 y un BAR-003. No se lo pensó dos veces y los compró por 4.000 euros.
Arrancó ahí la aventura. En Gran Bretaña, el comercio de los objetos procedentes de la F1 es floreciente. Hay ferias, empresas especializadas y siempre queda e-Bay, el 'mercadillo' de internet. Cambió el más viejo de los chasis por un lote de piezas de Force India. Adquiró un fondo plano de un BAR-004, los pontones laterales y la cubierta motor de un Williams-BMW. Y la joya de la corona, el auténtico depósito de gasolina ATL por el que pagó menos de 50 euros. Incluso encontró llantas y neumáticos Bridgestone de F1. Y una caja de cambios de Honda.
Una amalgama de piezas que tuvo que ir modificando y puliendo para que encajaran. "No hay ningún manual que te muestre como se montan estas piezas, así que tuve que ingeniármelas", señala Thomas orgulloso. Es cierto que algunos elementos son adaptados; por ejemplo, no tiene los costosos frenos de carbono y se contenta de discos de acero, "más que suficientes para mis necesidades".
Sólo le falta un elemento: el motor. Imposible encontrar uno a buen precio, pero "los 480 CV de un motor de las World Series Renault puede ser suficiente", dice.
Ahora ya sólo sueña con completarlo. Y poder dar sus primeras vueltas en un circuito. Ese día será el fan más feliz del mundo.
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