Alonso: "De la Fórmula 1 a este coche me he adaptado en una curva"
Programa y horarios de las 500 Millas de Indianápolis Fernando Alonso asombra en el primer ensayo en Indianápolis El día de Alonso sobre el asfalto de Indianápolis Recién aterrizado del avión que cogió en Barcelona, tras abandonar a toda pastilla Montmeló, Fernando Alonso se subió al bólido, miró de reojo al óvalo e inició su primer asalto a Indianápolis. Su resultado final: el más rápido de novatos y el 19º de los 33 monoplazas sobre el asfalto de la Indy500. Primera toma de contacto de una intensa semana de entrenamientos sin un solo descanso que concluirá el fin de semana, puede que el domingo si se mete entre los nueve más rápidos, con la clasificación. [Programa y horarios de las 500 Millas de Indianápolis]El asturiano sintió que realmente dominaba el volante de su monoplaza, no como en el primer test que efectuó a comienzos de mes. "De estar en un F1 a hoy en este coche no me ha costado mucho tiempo. En la primera curva ya estaba adaptado. El test de hace dos semanas te recuerda cuando te subes al coche y estás sentado en esa posición diferente y parece que el cuerpo tiene memoria y sabe lo que va a hacer el coche. En la segunda curva ya estás a tope aunque hayas probado otro coche distinto hace 24 horas", afirmó.
"Me he sentido bien, aunque no he podido competir apenas con tráfico. Eso es lo que aún debo hacer durante los próximos días. He dado dos o tres vueltas detrás de algunos coches y fue divertido. Pero ya basta de correr solo", agregó.El asturiano recalcó que se encontró cómodo a pesar de las altas temperaturas y el fuerte viento. "Me preocupaba al meterme en el coche, pero dentro no noté ningún problema. El coche funcionó perfectamente. No hubo problemas ni dramas. Ha sido un día muy positivo", indicó el piloto, que concluyó la jornada con buenas sensaciones, aunque reconoció que aún tiene "mucho que aprender" y "mucho que trabajar"."Seré más débil en algunos aspectos""Lo más difícil será la carrera en sí, con todos los imprevistos que tiene", valoró Alonso. "Tengo que aprender los pequeños detalles para adelantar y aprovechar el rendimiento del coche en cada momento. Eso normalmente se consigue con experiencia y carreras, pero no tengo ese tiempo. Seré más débil en esos aspectos, pero tengo que aprender tan rápido como pueda en los próximos días y también usar otras armas para cerrar esa brecha", declaró.
STEVE C. MITCHELLEFE El asturiano tomó los mandos de su bólido y en la vuelta 26, de las 35 que rodó, alcanzó la velocidad, así se mide al mejor en Indianápolis, con la que mandó en la sesión de 'rookies': 221.634 millas por hora, 356 kilómetros por hora. Segundo fue otro español, Oriol Servia, a poco más de una décima, también con motor Honda. Alonso pudo ya experimentar las primeras sensaciones. El asturiano no volvió a la pista hasta mediada la siguiente sesión, ya con todos los pilotos a escena. El calor y el viento fueron las mayores preocupaciones de un Alonso que pronto escaló posiciones entre los mejores, llegando a colocarse en séptima posición a una hora del final del entrenamiento. Sin embargo, un problema en la suspensión trasera trastocó el plan de trabajo de un Alonso que aún así cerró con 20 vueltas y una sensible mejora con respecto a su velocidad (358 km/h), decimonoveno en la clasificación general, a 0.5907 segundos, que dominó Andretti con los 364 km/h que alcanzó en su vuelta 31. Scott Dixon y Ed Carpenter fueron segundo y tercero al término del primer día.
GTO escribió:Pues si, dejemoslo para Alonso y su Usa aventura...
Que raros y feos son estos coches...
si estos te parecen feos mira los IR-05, no me gustaban nada,estos,la versión de alta carga me encantan,la versión de óvalos no es que me gusten mucho pero tampoco me disgustan.
joe GTO xDD el DW12 es claramente mas bonito que el IR05,al menos para mi, y con los aerokits mas, veremos el año que viene con el nuevo aerokit universal
Me gustaría verlo ganar en La Indy 500, pero si quedar sobre Montoya ya es difícil, ganar es una proeza fantástica. Se puede dar. No me pierdo esa carrera por ningún motivo.
Me gustaría verlo ganar en La Indy 500, pero si quedar sobre Montoya ya es difícil, ganar es una proeza fantástica. Se puede dar. No me pierdo esa carrera por ningún motivo.
"Por qué compito en la Indy 500". Una carta de Fernando Alonso
El piloto español ha querido explicar las razones por las que decidió embarcarse en la aventura de las 500 Millas de Indianápolis. Fernando Alonso repasa aspectos determinantes de su carrera deportiva y profundiza en sus sentimientos para detallar las razones que le convencieron de dar el paso.
La decisión de Fernando Alonso de competir en las 500 Millas de Indianápolis ha sido muy debatida en todos los foros de opinión relacionados con el mundo del motor. Desde los aficionados a la prensa, pasando por los protagonistas de la Fórmula 1 e IndyCar, todos tienen su opinión acerca de la idoneidad de la decisión.
Fernando Alonso, que no estará presente en el Gran Premio de Mónaco de Fórmula 1, ha querido explicar en una carta publicada por The Players Tribune, un medio en el que deportistas de todo el mundo escriben con total libertad, las razones que le han llevado a competir en la Indy 500. Para ello, ha repasado sus inicios en la competición, así como algunos hechos determinantes en su formación como piloto y éxitos como el Gran Premio de San Marino de 2005 en el que consiguió la victoria tras una agónica disputa con Michael Schumacher. A continuación, transcribimos dicha carta íntegramente, pónganse cómodos.
Por qué compito en la Indy 500
El primer coche con el que corrí no fue construido para mí. Era para mi hermana.
Mi padre quería que ella corriera en karts, como él solía hacer. Así que, en nuestro garaje, le construyó uno desde cero. El único problema fue que ella era una niña de ocho años que no estaba interesada en emplear sus fines de semana en competir por los circuitos de karting del norte de España.
Así que monté en él cuando tenía tres años. El kart era un poco grande al principio, no podía llegar a los pedales, pero ajustamos el asiento, movimos los pedales y todo comenzó a encajar.
Me encantaba conducir, pero también pasar tiempo con mi familia. Mi madre, mi padre, mi hermana y yo íbamos a diferentes circuitos y pasábamos los fines de semana allí. Cada día corría unas horas y luego jugaba al fútbol bajo el sol español con mis amigos. Aquellos días aún están conmigo cada vez que voy a la pista.
Aprendí mucho sobre pilotaje en aquella época pero, lo más importante: aprendí mucho sobre mí mismo.
Amo correr. Correr de verdad. Y por eso es por lo que el 28 de mayo, en el mayor fin de semana del mundo del motor, no estaré con mi equipo de Fórmula 1 en el Gran Premio de Mónaco. Estaré en Indianápolis. Compitiendo en el Brickyard. Porque necesito estar. La Indy 500 es uno de los eventos más grandes del deporte. Todos los pilotos del mundo lo saben. Debo estar allí. Porque soy un corredor.
Siempre lo he sido y siempre lo seré.
El karting es la forma más pura de competición. Se trata de un pilotaje complicado en pequeños circuitos con muchos adelantamientos y batallas. Como piloto, aprendes el arte de la competición. Como dije, mi padre construyó nuestro kart y la mayor parte de nuestro dinero se iba en los gastos del viaje, por lo que el kart tenía que durar al menos un par de años. Incluso los neumáticos tenían que durar, sólo teníamos un juego.
Pero ese tipo de problemas te ayudan a aprender.
En una carrera, durante una de mis primeras temporadas, llovió. Aquel día, vi un neumático de lluvia por primera vez. Estaba en otro coche a mi lado en la parrilla. Realmente no tenía ni idea de lo que era. Los neumáticos del resto de participantes eran mucho más ásperos, proporcionándoles un mejor agarre en condiciones de mojado.
Corrí con neumáticos slick (de seco) en la lluvia, eso era todo lo que teníamos. Pero no era extraño para mí, porque era todo lo que conocía. Había pilotado con ellos un par de años, sabía lo que podían hacer. Tenía que ser más cauto, más preciso. Sólo tenía seis años, pero me adaptaba sobre la marcha. Trazaba más ancho en la entrada de las curvas, para enderezar más rápido y dar potencia antes. Me adapté porque tenía que hacerlo. Aprendí y crecí, me encantaba.
Cuando me lo tomé más en serio, también empecé a aprender más sobre las pistas en las que competía. Disfruté aprendiendo las circunstancias de cada pista, quería saberlo todo sobre cada curva antes de montarme en el kart.
Cuando tenía 13 años, mejoraba rápidamente y comencé a pasar tiempo en Italia trabajando con un constructor de motores y aprendiendo todo lo que podía. Estando allí empecé a tener un entendimiento integral de mi kart. Además, me perdía el colegio cuando estaba en Italia… y me gustaba. Estaba buscando otro tipo de conocimiento.
En 1996 gané la Copa del Mundo Junior de Karting. Después de eso, mi familia y yo pensamos que tenía futuro en la competición. Pero, ¿cuál sería ese futuro?
En los 90 en España, la Fórmula 1 -y la competición en general- no era muy popular. Nuestro país amaba el fútbol y las carreras de motos. No sabía nada acerca de los grandes campeonatos europeos. Ni siquiera sabía quién era Michael Schumacher. Sólo corría.
En 2000, dí el salto a la Fórmula 3000 en Europa. Competimos en algunos de los circuitos más históricos del mundo -como Spa o Mónaco- y mis ojos se abrieron a la historia del deporte del motor. Solía pensar que el el karting en España lo era todo. Pero estaba en Mónaco y se abrió ante mí un mundo nuevo. Entre carreras miraba a los chicos sobre los que había oído hablar en el paddock. Chicos como Schumacher, Ayrton Senna y Alain Prost. Y cuanto más aprendía sobre ellos, más me motivaba. Quería llegar a ese nivel.
Un año más tarde, me senté en un Fórmula 1 por primera vez. Después de mi temporada de debut con Minardi, fuí piloto de pruebas para Renault. Un año más tarde me convertí en piloto oficial para ellos. En 2003, conseguí mi primera pole y podio en Malasia y mi primera victoria en Hungría.
Recuerdo todas las victorias y campeonatos, seguro. Pero algunas, como la primera victoria, son especiales. Son carreras de las que lo recuerdas todo, incluso lo que había de desayuno en el hotel. Esas son las que me encantan.
Un par de años después, en abril de 2005, tuve otra de esas carreras.
Fue en el Gran Premio de San Marino, en Imola (Italia). Me clasifiqué segundo justo detrás de Kimi Räikkönen el día anterior. Pero el domingo por la mañana, mi equipo, Renault, tuvo un problema con nuestro coche. Uno de los cilindros de nuestro V10 no funcionaba. Básicamente teníamos un motor de 9 cilindros y medio, que no es lo ideal. La potencia bajó y, básicamente, éramos más lentos. Consideramos cambiar el motor por uno nuevo, lo que nos habría proporcionado una penalización y habernos mandado atrás en la parrilla de salida. O podíamos seguir con él y dar por bueno cualquier resultado que consiguiéramos.
Decidimos seguir con él.
Justo después de nueve vueltas en carrera, Kimi se retiró por un problema en la dirección de su coche. Lideré las siguientes 50 vueltas. El coche iba bien. Con un poco menos de potencia de lo normal, pero estaba en ritmo. A falta de 12 vueltas para el final y aún al frente, entré en boxes para montar neumáticos nuevos. Cuando volví a pista, miré a los espejos y todo lo que veía era un brillo rojo. Rojo Ferrari. Michael Schumacher me estaba presionando. Tenía más potencia ese día y... sí, era realmente rápido.
Pero confié en mis recuerdos, en lo que había aprendido. Conocía la pista. Conocía el coche.
Me adapté. Intenté mantenerle detrás de mí a toda costa. Fue una batalla tanto mental como física. Michael estaba acercándose a mí cada pocas curvas, intentando que el joven chaval cometiese un error.
Pero no lo hice. Me mantuve por la victoria, y aún hoy, posiblemente sea mi carrera favorita. O al menos está ahí arriba (es difícil tener sólo una). La recuerdo muy bien porque mi equipo y yo superamos los problemas de la mañana y utilizamos toda nuestra habilidad para conseguir esa victoria. No fue como cualquier otra carrera que haya pilotado. Fue totalmente nuevo.
Ahora, es momento de algo totalmente nuevo. Una nueva pista. Un nuevo coche. Un nuevo mundo.
He estado pensando acerca de Indy desde hace cuatro o cinco años. He visto algunas carreras, pero no sabía mucho sobre el campeonato. Me sabía algunos nombres y los equipos, pero básicamente es todo nueva información para mí. Así que estoy de nuevo haciendo lo que me encanta, aprendiendo. Todo el mundo, desde el equipo McLaren-Honda-Andretti, a la gente que he conocido durante mi tiempo en Estados Unidos, han ayudado mucho.
La única gente que no ha ayudado demasiado han sido los otros pilotos de Fórmula 1, porque están celosos. Jajajaja. Es broma, es broma (no del todo). Se han mostrado muy comprensivos y me han deseado mucha suerte. Somos un grupo unido en el paddock de la Fórmula 1. Significa mucho cuando uno de nosotros lo hace bien en otro campeonato. Cuando Nico Hülkenberg ganó en Le Mans en el Mundial de Resistencia en 2015, fue una gran noticia para todos.
Es duro perderse el GP de Mónaco, pero la tradición en Indy es tremenda también. Sigo escuchándolo de todo el mundo con el que hablo. Estoy deseando llegar a las ceremonias antes de la carrera y el ambiente. Aquí estoy, un piloto veterano, pero todo es nuevo para mí. El himno, el circuito, la carrera: estoy muy agradecido por la experiencia. Voy a intentarlo y a disfrutar mi tiempo fuera del coche tanto como pueda. Porque cuando llegue la carrera, será el tiempo de irse.
Gracias a los test en simuladores, sentí que conocía el coche antes del test de la semana pasada en Indy (3 de mayo). Pero una vez que lo hice, había una cosa para lo que no estaba preparado: la fuerza, la sensación de potencia sin filtros. Los coches de la Indy son un poco más simples que los de Fórmula 1, así que son más puros. Hay menos agarre mecánico aquí, así que la aceleración es un poco más agresiva. Me tomó un poco de tiempo sentirme a gusto, pero el equipo hizo un gran trabajo preparándome. Lo más grande que me llevo de estar detrás del volante es pura emoción. Estoy ansioso por el 28 de mayo.
Como mi primera vez en un kart, este coche no ha sido construido para mí. Yo no era el piloto previsto, pero voy a hacer todo lo que pueda para hacer que la gente que lo ha construido se sienta orgullosa. Y quizá este sea el inicio de un nuevo viaje para mí también.
Quiero dejar algo claro. No estoy viniendo para una semana de vacaciones o sólo para divertirme: soy un piloto de carreras y he venido a correr. Por encima de todo, espero que esta sea una experiencia que pueda tener el resto de mi vida. Espero que los sentimientos que tengo y las cosas que veo se queden en mi mente para siempre.
Y espero que al final de esas 500 Millas, haya aprendido algo que no sabía de antes.
En los 90 en España, la Fórmula 1 -y la competición en general- no era muy popular. Nuestro país amaba el fútbol y las carreras de motos. No sabía nada acerca de los grandes campeonatos europeos. Ni siquiera sabía quién era Michael Schumacher. Sólo corría.
¿En serio? Este tipo de cosas me tocan la moral, es cierto que la Formula uno no es el deporte más poupular en España, ni siquiera el deporte de motor más popular. Pero un poco cansado ya que este tipo se crea que todo empezó con él, como si antes fuera un deporte marginal, amigo, que el Gran Premio de España lleva disputandose casi de manera ininterrumpida desde 1967, que todas las carreras del campeonato se emitian en tve y en algunas autonómicas de forma simultanea, algo que solo ocurría con el fútbol. Que los coches de juguete más preciados y que todos los chavales teniamos eran ese ferrari rojo o ese Lotus amarillo o negro; que no había taller, tasca, sala recreativa o ferretería sin la foto del Mclaren-Honda con la publicidad de Marlboro al lado de la del equipo de fútbol local. No me creo que no haya chaval en España que no supiera quién era Michael Schumacher, entiendo que él al igual al haber pasado tiempo en italia, lo desconociera Claro que desde su llegada el país de volcó con él, las audiencias se multiplicaron, y acercó la formula uno a mucha gente, pero no era el deporte marginal que tanto él o algunos periodistas nos quieren vender.
A mí también me parece que omite cosas. En los 90 la F1 quizá pasaba sin pena ni gloria para el gran público, pero es innegable que los ralis fueron muy populares en esa época. Quizá es una disciplina que le queda muy lejos y por eso no la menciona, pero vamos, cuando yo era niño los ralis estuvieron MUY de moda.