No es que Lewis Hamilton esté pasando por su mejor momento. Aún así, asegura que el reciente ataque a su reputación no le ha impedido seguir disfrutando de su trabajo, aunque no al 100%.
Y es que el vigente campeón del mundo ha pasado de las críticas por el impago de impuestos en Suiza a la mala fama de su personalidad y al escándalo que protagonizó por las mentiras en Australia a los comisarios de la FIA.
"Es un sentimiento similar a si estuvieras encarcelado, y los sentimientos no deberían estar entre rejas", decía el británico de 24 años.
"Esa es la sensación que he tenido, aunque sé lo que pasó en Australia y estaba equivocado", afirmaba Hamilton en la sede de McLaren, en una cita con el patrocinador de diamantes que portará en el casco en el GP de Mónaco.
"Me siento tocado por todo", declaraba al diario The Times."Quiero ser un conductor. No estoy en el deporte para ser un político".
Hamilton insiste en las controversias no han afectado a su conducción, pero admite que está desilusionado con una Fórmula 1 a causa de la política que lo rodea.
"Afecta a tu vida. Solía disfrutar de una F1 y ahora una parte de mí ya no lo hace", explicaba.
"Lamentablemente, así trabaja la F1. Es mucho mejor en las categorías inferiores, donde todas las personas que están allí sólo están para la carrera", añadía Hamilton.
"Hablar con los medios de comunicación y tener entrevistas en la televisión solía ser divertido, pero eso ha cambiado. No tengo ninguna duda de que podré disfrutar de una F1 tanto como lo hice antes. Pero no ahora". (GMM)
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