por carmelancias » 17 Diciembre 2010, 17:47
Señal inequívoca de que un GP en India está al caer.
Esperemos que el vallado del circuito sea lo suficientemente alto porque si bien conejos, zorros y canguros en la pista ya son de por si peligrosos, no te digo nada si es una vaca lo que te encuentras en la recta de tribunas.
No tengo nada en contra de que se celebren GP's en paises como el que nos ocupa, pero sigo pensando que prima demasiado el poder económico sobre la verdadera afición a la hora de adjudicar los eventos.
Bien harían las autoridades de ciertos paises (como el que nos ocupa) en emplear los fondos que se destinan a "comprar" celebraciones ¿deportivas? sin arraigo entre la población (que es más dada a presenciar partidos de Futbol a lomos de elefantes) para intentar paliar la pobreza y la miseria que asolan a sus habitantes.
A colación de esto, siempre tendré grabado en mi recuerdo un espectáculo desolador del que fuí testigo hace unos años en un hotel de Torremolinos y que quiero compartir con vosotros.
En épocas no estivales, este hotel en el que periodicamente me hospedaba por cuestiones laborales, acogía también a grupos mas o menos numerosos de extranjeros.
Generalmente se trataba de ciudadanos japoneses, con los que coincidía unicamente a la hora del desayuno pues ipso facto desaparecían durante todo el día con sus excursiones.
Pero hete aqui que en una ocasión pude notar que a mis queridos japoneses (gente muy educada y extremadamente silenciosa que se comían fruta con verdadera fruicción), los sustituyeron por un bullicioso grupo de indues. En mala hora...
No, no me voy a quejar del jolgorio pues nosotros, los españoles, somos tanto a más bulliciosos que ellos pero lo que desde luego no hacemos (ni nadie que yo conociera hasta entonces) es lo que les vi hacer a ellos:
Doy por sentado que aquel grupo de indues no era fiel reflejo de la sociedad india pues sus ropajes, sus "joyajes" y sus gorduras eran fiel reflejo del status social del que formaban parte.
Todos, y cuando digo todos es TODOS, se dedicaron a coger plato tras plato del buffet y a llenarlo hasta rebosar de todo y cuando digo todo es TODO lo que había en los expositores.
Evidentemente nadie, y cuando digo nadie es NADIE se trerminaba lo que plato tras plato iban dejando olvidado en sus respectivas mesas mientras se dirigían de nuevo al buffet a por otra montaña de comida que, por supuesto, tampoco se terminarían.
¡Qué actitud más impúdica la de esta gente -pensé- cuando tantos miles de compatriotas se mueren a diario de hambre en su pais!.
Cuando, por fin, alguien tocó generala y como uno solo, todos desaparecieron del comedor camino de sus respectivos buses para la excursión de rigor.
Nos quedamos en el comedor los camareros y un servidor, con algún que otro cliente del hotel que asistió pasmado al espectáculo y nos quedamos mirando los unos a los otros con cara de incredulidad y como esperando a que en cualquier momento alguien como por entre bambalinas dijese...
¡¡¡CORTEN!!!