Fernando Alonso se resigna hasta la llegada del Mundial a Europa
El asturiano asume que, en el mejor de los casos, no tendrá un coche para luchar con los Mercedes hasta el GP de España
Fernando Alonso, en la parrilla de salida en Malasia
Arrancada la segunda fecha del calendario mundialista, Fernando Alonso ya tiene asumido que de nuevo tendrá que esprintar desde atrás para poder optar al título. El asturiano repitió en Sepang el resultado y las sensaciones de la carrera inaugural en Melbourne. Un cuarto puesto amargo que le mantiene alejado de los podios, su hábitat natural.
En Ferrari nadie esperaba un inicio de Mundial tan complicado. Intuían el dominio de Mercedes, quizás no de forma tan apabullante, pero ha sorprendido la capacidad de reacción de Red Bull tras una pretemporada desoladora.
Tras la carrera malaya, Stefano Domenicali, jefe de Ferrari, reconoció el disgusto por el resultado, e instó a su equipo a seguir trabajando para enjugar la diferencia con sus rivales: «Aunque hayamos mejorado a nivel de rendimiento, la diferencia respecto a Mercedes sigue siendo significativa. Esto debería motivar a todo el equipo, tanto en la pista como en Maranello, para mejorar el coche en todas las áreas. Sabemos cuáles son los frentes en los que tenemos que trabajar y debemos hacerlo en el menor tiempo posible».
Entre esos frentes a los que se refiere Domenicali uno de los más urgentes se refiere a la velocidad punta del Ferrari, auténtico punto negro en este inicio de temporada. Sin embargo, Alonso tiene asumido que en el mejor de los casos no tendrá un coche más competitivo hasta la llegada del Mundial a Europa, en el mes de mayo. En apenas cuatro días los coches volverán a rodar en Bahréin, donde no puede esperarse ninguna novedad en el Ferrari, y dos semanas después se visitará China (20 de abril), con otro margen demasiado estrecho para esperar fuegos artificiales en el Ferrari. La fecha clave es el 11 de mayo, en Barcelona. Ahí sí debería llegar la primera gran evolución del bólido rojo.
Mientras llega ese día, Alonso intentará salvar los muebles, minimizar daños y «rascar» los máximos puntos posible, una de sus grandes virtudes de los últimos años fruto de haberla practicando a destajo.
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