Tal vez la forma más triste en la que pueda acabar un equipo sea retirarse del deporte sin un sucesor - o más conocido como comprador - que siga su lucha en el mundo de la alta competición. Así fue el caso de Super Aguri, que tuvo que abandonar la Fórmula 1 a mitad de temporada, y que hace unos meses subastó todas sus pertenencias al mejor postor.
El propio Adrián Campos, jefe de Barwa Internacional Campos Team, reconoció haber ido en persona a evaluar todos los materiales de Super Aguri, interesado por ver la calidad del equipo.
Pero no crean que sólo las grandes personalidades en el mundo del deporte del motor se interesaron por la subasta, porque según las últimas noticias, un fan japonés ha comprado el monoplaza que pilotó Takuma Sato en la temporada 2006 por unos 150.000 dólares.
El monoplaza era uno de los pocos bienes que le quedaba al equipo por vender.
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