Irvine quiere una F1 políticamente incorrecta
Defiende a Renault por el caso de Singapur
Eddie Irvine
El ex piloto de Ferrari Eddie Ivine ha defendido indirectamente a Flavio Briatore y a Renault por el caso de Singapur, por el que la escudería podría ser duramente castigada. En medio de una avalancha de duras críticas y una polémica casi unánime, Eddie se atreve a alzar la voz y quitar hierro al asunto:
"Creo que se ha exagerado. Era una curva razonablemente lenta. No fue un gran accidente, para ser honesto. Cuando uno planea chocar, se puede chocar como se quiera, así que la idea de que es el caso de trampas más increíble en el deporte profesional, como he leído, está totalmente fuera de lugar".
Y es que Eddie se ha cansado de una Fórmula 1 políticamente correcta, donde cada maniobra, cada comentario, cada incidente, cada táctica y cada picaresca son estudios por la Federación bajo la lupa. Eso ha propiciado un deporte adulterado, quizá atrayente para las marcas, pero aburrido en pantalla, según declara a la BBC: "En los últimos años ha habido estas grandes movidas para hacer a la Fórmula 1 políticamente correcta y un mundo maravilloso preciosamente embalado para los constructores, pero realmente no hay nada que ver porque es tan aburrido…"
Un piloto se estrella para que su compañero gane la carrera. El caso les cuesta el puesto a dos de los grandes nombres de la Fórmula 1 de hoy: Briatore y Sydmons. En el pasado, los pilotos podían ceder voluntariamente sus monoplazas a sus compañeros si éstos abandonaban. Más de uno llegó a meta gracias a esa maniobra entonces permitida. Hoy está prohibido. Irvine recuerda aquellos días en los que la Fórmula 1 era más liberal, abierta de mente y con leyes que propiciaban el espectáculo:
La Fórmula 1 siempre ha sido una guerra, y en la guerra vale todo.
"Cuando estuve en varios equipos, había que hacer lo que fuera para ganar. Echar fuera a la gente, hacer lo que sea para poder ganar la carrera. Esto probablemente roza la ilegalidad, pero si se mira a todos estos años del pasado en Fórmula 1, cada equipo ha hecho lo que pudo: forzar las reglas, sobrepasarlas, hacer lo que podían, sabotear a los oponentes. Así es como yo lo veo".
El caso de Singapur y de Nelson Piquet quizá va más allá: implicó no sólo una decisión propia (abandonar la carrera), sino que puso en peligro la vida de terceras personas (personal de pista, otros pilotos, público, etc.). ¿No cree Irvine que es excesivo y que la seguridad siempre es el límite que no hay que sobrepasar? "Creo que en realidad el riesgo de que alguien muriera era muy, muy escaso".
El "aparcamiento" de Schumacher en Mónaco, o incluso el accidente de David Coulthard durante la sesión de entrenamientos del Gran Premio de Australia de 2000, cuando Schumacher iba a hacer la pole. Son maniobras que Irvine, asegura, siempre ha visto en este deporte y no quiere perder. Ahora se analizan incluso las melés o tumultos de las arrancadas:
Esta nueva política correcta de la FIA es una cruzada. Era totalmente normal en el pasado.
"Y si uno piensa en que McLaren pagó cien millones de dólares porque tenían algunos papeles de Ferrari, ¿qué castigo es pertinente ahora?".
Pero la Fórmula 1 no es pasado. Es presente. Es, en parte también, futuro. El siglo XXI ha llegado y hasta los circuitos han cambiado. Siempre que la seguridad avance se festejará que ningún piloto haya fallecido desde 1994. Pero eso también tiene un precio, y para Eddie es demasiado cargo: "Se ha llegado al caso de que cuando uno mira a esas nuevas pistas que están llegando… Son tan bonitas, tan bien hechas, con esas escapatorias tan amplias y ese césped que no es césped, que es asfalto pintado… Pero no hay emoción. La Fórmula 1 siempre ha sido un espectáculo".
Ese espectáculo ha mutado, ha variado. ¿A mejor o a peor? Las imágenes en blanco y negro de los grandes pioneros del automovilismo parecen tan lejanas como llegadas de otro planeta. Irvine les recuerda con añoranza mientras espera que la FIA no inicie una investigación cada vez que alguien adelante sin dar el intermitente: "Los grandes de la competición automovilística como Colin Chapman y Enzo Ferrari hacían lo que fuera para ganar. Así debería ser la Fórmula 1. La Fórmula 1 no es un deporte puro. Trata más sobre gladiadores que sobre otra cosa, y creo que es así cómo debería ser, y no estas cosas políticamente correctas cuando los coches ruedan como en una pista de Scalextric y los más rápidos ganan".
Redacción TheF1.com - Infomotor Network, SL - Héctor Campos
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