por Mr. Fittipaldi » 21 Septiembre 2009, 22:00
NIEBLA SOBRE SINGAPUR
[b] Leí la semana pasada noticias que llegaban desde Singapur, donde había gran preocupación por la poca visibilidad que existía en la ciudad por culpa del humo procedente desde otras latitudes y causado por severos incendios. Pensé entonces: ¡qué metáfora tan oportuna ahora que todos los recuerdos que tenemos de Fórmula 1 y Singapur están tan densamente oscurecidos por el humo de un escándalo que nos ha dejado a todos tan boquiabiertos como indignados!
En la última entrada os comentaba las decisiones del Consejo Mundial del Motor. Tan sorprendentes como curiosas. He de reconocer que no me esperaba que Flavio Briatore saliese tan mal parado de este envite, aunque, como también escribí hace días, esta historia sólo iba contra él. Lo del choque premeditado de Nelsinho Piquet en Singapur fue sólo una excusa que le ha venido muy bien a Max Mosley para cargarse a su viejo enemigo.
Sí, es cierto, organizar una maniobra como esa para lograr un buen resultado para el equipo es reprobable, éticamente censurable y merece ser castigado. Sin embargo me parto de risa cuando escucho ahora a todo el mundo de la F1 rasgarse las vestiduras pidiendo sanciones ejemplares para Renault y todos los implicados. Insisto que no defiendo la actitud de Flavio, Pat y Nelson, que fue lamentable e hicieron un flaco favor a la imagen de Renault, de la F1 y de la limpieza de este deporte. Pero quien esté libre de pecado que tire la primera piedra. En un deporte en el que históricamente se han descubierto tropelías, trampas, arreglos o tramas de espionaje es un poco fariseo e irónico que todos se lleven ahora las manos a la cabeza por esto. Desde que estoy en la F1 he visto coches con dobles depósitos, sanciones injustificables a algún piloto, varios casos de espionaje entre equipos, un piloto que aparcó en una curva de Mónaco para perjudicar a los que venían detrás, alerones premeditadamente móviles cuando estaban prohibidos...
La historia de la F1 está llena de historias como estas. Equipos que ponían bolas de plomo en sus depósitos para dar el peso mínimo, coches con ventiladores que aspiraban en lugar de ventilar, pilotos que se llevaban por delante a su rival a 200 Km/h para ser campeones. No quiero imaginar qué se escribiría y qué se diría si Fernando Alonso se hubiese llevado por delante a Lewis Hamilton en 2007 en la salida de un gran premio, como ocurrió dos años seguidos entre Alain Prost y Ayrton Senna en Japón o como sucedió más tarde entre Michael Schumacher y Jaques Villeneuve en Jerez. Que nadie malinterprete mis palabras, todos estos casos que forman parte de la historia e incluso de la leyenda de este deporte, son éticamente reprobables, pero que no nos engañen. La FIA ha vendido la historia como una lucha por la verdad y la limpieza en la F1, pero no es verdad. Ha sido sólo una trama para acabar con Flavio, algo que demuestra la absurda sanción de hoy a Renault. Descalificado para siempre de la Fórmula 1, pero con dos años de suspensión en la aplicación de la sentencia. Es como si condenan a alguien a cadena perpetua por matar a diez personas, pero le dejan en la calle con la condición de que no vuelva a matar a diez personas en dos años, si no reincide queda definitivamente en libertad.
No la historia no iba contra Renault, el único objetivo era Briatore. Y la familia Piquet, que ya había informado a la FIA el año pasado sobre lo sucedido en Singapur, ha sido utilizada para cargarse al italiano. Mosley lo tenía fácil. Conocía la historia desde hace un año y sólo tuvo que esperar. Con la salida de Nelsinho de Renault encontró el momento. Tenía a un padre y a un hijo llenos de ira y con ganas de venganza. No debió ser difícil convencer a Piquet jr., quien volvió a demostrar que no tiene la cabeza muy bien amueblada. Picó el anzuelo y además de quedarse sin trabajo este año se ha cavado la tumba para el futuro. La imagen que queda de él es la de un piloto psicológicamente débil, capaz de todo con tal de ganarse un puesto, sin personalidad, caprichoso, chivato y desleal. Creo que con ese perfil en su curriculo no habrá muchos que quieran contratarle. Mosley le prometió inmunidad y hoy la ha tenido. No se dio cuenta de que el primer muerto de la historia, con inmunidad o sin ella, no era Briatore, la primera tumba llevaba su nombre.
Lo único bueno de todo esto es que ya ha terminado. A partir de ahora echaremos de menos a Flavio en los circuitos. Creo que es uno de esos personajes necesarios. A veces irritante, déspota, arrogante... pero necesario. Supongo que si no emprende acciones legales contra la FIA dedicará el resto de los años que le queden de vida a tratar de arruinarle la existencia a la familia Piquet y a Max Mosley. No os extrañe si a partir de ahora empiezan a aparecer nuevos vídeos con las aficiones sexuales de Max. Si algo he aprendido en seis años en F1 es que no es buena idea tener a Flavio Briatore de enemigo.
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