Ferrari ha puesto una ‘bomba’ de relojería a las puertas de su rival McLaren: Al anticipar la llegada de Fernando Alonso al equipo en 2010, la Scudería convino que el mejor destino para su piloto ‘sacrificado’, Kimi Raikkonen, era regresar a Woking.
En Maranello veían con buenos ojos la operación y al parecer también el finlandés estaba de acuerdo. La prensa británica lo dio por hecho cuando los dos máximos responsables del equipo anglo-germano, Martin Withmarsh y Norbert Haug se mostraron encantandos ante la posibilidad de reunir en un mismo box a los dos últimos campeones del mundo (Kimi en 2007 y Hamilton en 2008). Se llegó a publicar que el acuerdo sería oficial la semana posterior a la carrera de Abu Dhabi, última cita del calendario. Pero Hamilton, furioso, está intentando por todos los medios que los rumores no se conviertan en realidad. No quiere ni pensar que pueda repetirse la pesadilla que vivió con Alonso en McLaren hace dos temporadas.
El planteamiento de Hamilton no es descabellado: teniendo en cuenta sus antecedentes y su peculiar personalidad, está claro que, llegado el caso, Raikkonen no aceptaría órdenes de equipo ni estrategias que favorecieran a su compañero. El finlandés no es tan dócil como su compatriota Heikki Kovalainen, que después de dos años trabajando a la sombra de Lewis sin rechistar, se encuentra con el desprecio de su escudería. Parecen no contar con él para el futuro pese a que de cara a la galería dicen lo contrario.
Hamilton pretende que, si no puede continuar Kovalainen el elegido para sustituirle sea su amigo Adrian Sutil, actual piloto de Force India. En McLaren están convencidos de que la llegada de Raikkonen les garantizaría muchos más ingresos, tanto en materia de espónsors e imagen como en premios por resultados. Pero también son conscientes de que una apuesta de ese calibre resultaría, además de muy cara (Kimi es el mejor pagado de la actual parrilla), bastante arriesgada en cuando a problemas de convivencia con su número uno. “Hamilton es quien manda en McLaren” dicen algunos expertos. Y es así desde los tiempos de Ron Dennis, que no dudó en decantarse por su protegido frente a un piloto, Alonso, fichado a golpe de talonario y que ingresó en la escudería en calidad de doble campeón mundial 2005-06.
Es evidente que Martin Withmarsh no ejerce la autoridad que en su día ofrecía Ron Dennis. Y poner a Hamilton contra las cuerdas podría desembocar en una salida airada del piloto británico, que a principios de temporada, viendo que su monoplaza no era competitivo y que su compatriota Jenson Button le ‘robaba’ protagonismo en los medios anglosajones, ya amenazó veladamente a McLaren con su posible marcha a Brawn o a cualquier equipo que le ofreciera garantías.
Para frenar las especulaciones, Withmarsh aseguró en Suzuka, hace una semana, que “no hay ninguna presión en este momento. No estamos esperando a Kimi. Tenemos varias opciones abiertas, Kimi está disponible y Kovalainen es parte del equipo. Hay una muy buena posibilidad de que Heikki siga en la escudería”. Lacónico, Kimi también dice que “McLaren es una opción”.
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