Existe una sensación bastante extendida que le otorga una importancia casi vital a la calificación en la Fórmula 1. Es cierto que fallar el sábado relega, en la mayoría de los casos, a luchar en carrera por posiciones de menor valor; sin embargo, analizando los datos de esta temporada, se ve que conseguir la pole es casi sinónimo... de no ganar. La gran dificultad para adelantar en pista y la reducción a una parada en boxes, además de ser más corta al no poder repostar, debía dar a la pole 2010 un valor extra que por el momento sólo se ha visto en el 33% de las ocasiones.
De los doce grandes premios, en tan sólo cuatro el piloto que ha logrado la pole la ha transformado en victoria. Dos veces Webber, una Hamilton y otra Vettel. Precisamente el alemán de Red Bull es el que más ha desaprovechado la ventaja de salir primero: hasta en seis ocasiones lo ha dejado pasar por dos de su compañero australiano.En el lado opuesto se sitúan Alonso y Button que han logrado sus dos victorias sin la posición de privilegio. También Webber, dos veces, y una Vettel y Hamiton, lo han hecho.
La poca trascendencia de la pole no se daba desde 2002, cuando en las doce primeras carreras sólo tres, el 25%, se transformaron en triunfos. Todos de Michael Schumacher. El propio Kaiser fue el gran causante, ya que arrebató cinco veces el triunfo al más rápido del sábado, cuatro de ellas a Montoya, aunque también Barrichello y Ralf chafaron dos poles del heptacampeón.
Fuente: AS.com