Como un avión de papel destrozándose al caer al suelo, con la vida provocando a la muerte en un instante eterno. Chris Van der Drift chocaba contra un poste del puente del peligroso circuito de Brands Hatch en la segunda prueba británica de la Superleague Fórmula. El resultado del accidente era incierto, se temió lo peor. El neozelandés perdió el control de su bólido a más de 250 kilómetros por hora y el choque fue bestial. Sin embargo Chris sobrevivió al impacto, aunque salió maltrecho; se fracturó el tobillo derecho, se rompió el hombro por ese mismo lado y se destrozó dos dedos de la mano derecha. Fue el 1 del pasado mes de agosto.
La recuperación del piloto de 24 años, que corría con el Olimpiacos griego, está resultando más costosa de lo esperado porque para recuperarse por completo requiere de mucho tiempo y un tratamiento específico. Van der Drift, que había ganado cuatro carreras esta temporada y aún es quinto en la clasificación, es una de las promesas del automovilismo en Oceanía y está recibiendo la ayuda del australiano Mark Webber. El piloto de Red Bull, segundo en el Mundial, sabe lo que es estar lesionado de gravedad, tras el accidente que sufrió el pasado año en una carrera de mountain bike y ha querido ayudar al joven piloto. Además de recaudar fondos, incluyendo una sustanciosa aportación personal, Webber ha organizado una carrera de kárting entre algunas de las mayores promesas del automovilismo mundial en Milton Keynes, cerca de la sede de la escudería Red Bull. La entrada cuesta 12 euros y en 'eBay' se subasta poder correr con pilotos como Ricciardo, Sims, Hartley o Blomqvist.
Fuente: AS.com