Hacen un pequeño pasillo entre los operarios del gran premio y Fernando Alonso deja atrás a la turba. Sentado en su silla, con el cuello rígido, Carlo apoya un libro con una enorme foto del piloto, el asturiano firma sobre la imagen, acaricia al chico en la cara, le toca el hombro, le pregunta No puede responderle, pero a cambio regala una sonrisa al español. O a la inversa. Su padre, entusiasmado, recoge las lágrimas como premio de un momento único, emocionado de ver sonreír a su hijo tanto tiempo después. Fernando sigue su camino, firmando autógrafos a los que tienen más suerte y esperan tras la verja que separa el pit lane del circuito de Monza.
Velocidad. La palabra clave en este universo de la F-1 se llena de sentido en este trazado donde ayer se vivió la jornada previa al gran premio en la que los pilotos se acercan a los aficionados. Alonso acabó moviendo la mano arriba y abajo, sacudiéndose un dolor inexistente. "Fernando, que nos ha firmado Massa y tú no y venimos de Asturias", le gritaban unos jóvenes cubiertos por la bandera de España y su paisano les lanzó la gorra. Sin firmar, eso sí. Porca miseria
Fernando se bañó de la multitud para curarse las heridas de la rueda de prensa. Las órdenes de equipo. Again. Otra vez.
"¿Si gana el título será sucio o tendrá tanto mérito como los de 2005 y 2006 al ganarlo así?". "¿Qué cualidades cree que debe tener un campeón, sólo conseguir más puntos que el resto?". Respuesta de Fernando, que tiene la espalda repleta de latigazos:
"Sí, me haría ilusión. Estamos concentrados en Monza, somos conscientes de la decisión que ha tomado la FIA y sólo hay que respetarlo. Eso es el pasado y ya hemos hablado demasiado en agosto sobre el incidente en Alemania. Igual que mis colegas, creo que la FIA debería aclarar las reglas si es que hay algo que no esté claro en las normas. Tranquilos, respetad las decisiones de la FIA". Las órdenes de equipo existieron, pero Carlos Gracia, en la SER, incluyó una nueva versión:
"A Massa le dijeron que iba más lento, se enfadó y frenó". Puntos de vista.
Un rato después, del box gris, sale Hamilton y las manos vuelven a alzarse, como en una versión moderna de las lanzas de la Rendición de Breda, solo falta Velázquez, pintando desde lejos. El inglés es el gran favorito en la casa de la velocidad, gracias a su indiscutible calidad y a la potencia del motor Mercedes de su McLaren. Precisamente con un coche de plata logró Alonso su única victoria en esta pista, en 2007, por delante del británico y con Kimi defendiendo entonces el honor de Ferrari en la tercera plaza. La Scuderia no gana aquí desde que en 2006 Schumacher venciera a Fernando en plena batalla por el título, pero se ha impuesto cinco veces en las últimas diez ediciones. Este año es la reválida, el un poco de todo o el casi nada, una de las claves para saber si se puede seguir contando con un coche rojo para el título. Tienen esperanza, aquí no se puede fallar y saben que en Monza es obligatorio hacer sonreír a los tifosi.
Fuente: AS.com