Y entonces Carmelo: ¿Brindaron a su salud?
Mi única anécdota referida a la F1 es con Fangio.
Tenía yo 10 años (verano de 1969) y estaba en el bar que tenía mi padre no recuerdo por qué motivo, tal vez mi madre me dejó ahí en espera de algún trámite que ella debía hacer. El asunto es que el bar de mi padre estaba pared de por medio con la antigua concesionaria Mercedes Benz que Fangio tenía en Buenos Aires. Digo "antigua" porque ya no está ahí ya que la obra de prolongación de la avenida 9 de julio (la del obelisco) demolió tanto el bar de mi padre como la concesionaria.
Mi padre nos había contado que Fangio iba a tomarse un cafe casi todas las mañanas al bar a eso de las 11 hs y por supuesto llegó ese día que yo estaba. Tanto le insistí al viejo que me permitiera acercarme que fue él mismo a la mesa y pidiéndole disculpas por la molestia me presentó como un aficionado a los autos de carrera, cosa que era verdad ya que lo tenía loco para que me comprara aquellos cochecitos de colección marca "Matchbox".
Resultó entonces que Don Juan, con el permiso de mi padre, me llevó de la mano hasta su oficina, me mostró fotos que tenía en cuadros y álbumes, algunos trofeos que tenía en una vitrina y también algunas réplicas de sus coches. Recuerdo vivamente una réplica que tenía en su escritorio (supongo que de bronce) de unos 30 cm de largo del Mercedes W196 con las ruedas carenadas.
En resumen, estuvo conmigo como media hora hasta que me llevó de vuelta al bar y me regaló una foto suya autografiada que Dios sabe dónde habrá ido a parar.
Se imaginarán ustedes la impresión que me causó aquel suceso, sobre todo porque yo era muy chico y además porque la figura de Fangio era como la de un dios para mi. Pasados los años, todavía me conmueve la cortesía que tuvo Fangio que le dedicó media hora de su tiempo a un niño que lo único particular que tenía era ser el hijo del dueño del bar donde él tomaba un café por las mañanas.
Obviamente, mi admiración por él pasó de ser solamente deportiva, a personal.
Saludos, Rodo