Por qué Felipe Massa acertó al desobedecer a Williams en Malasia
“Ok Felipe, Valtteri is faster than you”. ¿Alguien podía imaginarse que esta frase volviera a sonar en la Fórmula 1?
Y Felipe Massa no obedeció. ¿Acertó o no? ¿Actuó correctamente al ignorar la orden de su equipo en el pasado Gran Premio de Malasia?
El eterno conflicto entre los intereses de un equipo y del piloto
“Oí todo pero no estaba claro”, contestó a la prensa minutos después de la carrera. “Lo que hice es correcto, estoy haciendo lo mejor para el equipo, y esto es lo más importante”. Massa, bien por lo que la dinámica de la carrera le inspiraba en esos momentos, bien por lo que sentía como ser humano, dijo no. “Estoy seguro que no hubiera cambiado (el resultado) incluso aunque le hubiera dejado pasar, así es lo mismo”.
El incidente de Sepang escenificó de nuevo el eterno conflicto entre los intereses de un equipo y del piloto. En el primero cuentan los resultados fríos, objetivos y, a la postre, el beneficio económico y deportivo que la organización obtiene de ellos. En el segundo, también entran en juego sentimientos y emociones. Normalmente, los segundos han de someterse a los primeros. El de Williams y Massa fue otro ejemplo de que no siempre ocurre así.
Felipe Massa y Valteri Bottas. (Reuters)Felipe Massa y Valteri Bottas. (Reuters)Obviamente, el piloto es un ‘empleado’ más y, como tal, en principio debe plegarse a una estrategia superior de la que es el eslabón final. Pero en la gestión del duelo entre Bottas y Masa, Williams no supo manejar –o gestionó con poca fortuna – la vertiente psicológica dentro de ese casco azul y amarillo, que aún lleva abiertas las heridas del pasado.
“¡He crashed me”
Todo empezó cuando Massa intentaba adelantar a Magnussen en la primera parte de la prueba. De repente, llegó el enfurecido mensaje del brasileño al equipo: “¿Habéis visto lo que ha hecho? ¡Me ha golpeado! (“He crashed me!”)”. A continuación, el equipo lanzó el mensaje a Bottas: “No ataques a Felipe, no seas agresivo con él, necesitamos que pase a Magnussen, y luego pasaremos y seguiremos adelante”. “Decidle que adelante, tengo más ritmo”, contestó Bottas. Si el finlandés había intentando intimidar a su compañero, ya le predispuso en su contra. Para empezar.
Un inciso. Esta temporada, por las diferentes variables de consumo, degradación de neumáticos, mapas motor y demás, cada piloto del equipo puede rodar en diferentes fases y con distintas instrucciones. Un ritmo más lento puede obedecer a estas y ser aprovechadas en su favor por el compañero perseguidor. En una palabra, cada piloto puede estar condicionado por muchos factores al margen de su habilidad.
"Yo también puedo ir más rápido”
Pero partiendo que han de primar los intereses de Williams, sus responsables consideraron que la mejor opción era que Bottas, con mejores gomas, intentara adelantar a Button. Fue aquí donde erró el muro de boxes, al meter el dedo en la llaga en las heridas del pasado: “Valtteri es más rápido que tú”.
Y Massa respondió a la orden de Rod Nelson con un tono inconfundible y cierto poso irónico: “Getting quicker!”. “¡Acelerando!”. O lo que es lo mismo, “yo también puedo ir más rápido”. Y lo hizo. Al poco tiempo, se quejó Bottas: “Tengo más ritmo, pero si suelta toda la energía en la recta, no puedo pasar”. “Recibido, competimos con él." El equipo comprendió rápidamente la situación y mandó el mensaje al finlandés. Después, se pidió a Bottas que abortara cualquier intento de adelantamiento. Se dirá que Massa no superó finalmente a Button, pero solo piloto y equipo tienen toda la información para contrastar que el resultado hubiera cambiado.
Masacrado en Hockenheim 2010
La cuestión capital es la particular situación de Felipe Massa. Si se hubiera dejado adelantar, su imagen hubiera sufrido un golpe brutal. Ya fue masacrado –a pesar de actuar con toda profesionalidad– en Hockeheim 2010. Un nuevo episodio como aquel, pero ahora a manos de un piloto joven, para luchar por un sexto puesto en el seno de un equipo nuevo, hubiera resultado letal para el brasileño.
Williams defendía sus intereses, pero con la forma de dirigirse a Massa le invitaba a poner una vez más su cabeza en la bandeja del humilladero público. A la vez, indirectamente, también tensaba el cuajo del liderazgo que todavía se está moldeando en Williams. Con el enfado por el incidente al comienzo de la carrera y la famosa frase, Rod Nelson y los suyos no podían esperar otra respuesta. Resumiendo, el equipo estuvo torpe.
Un dilema diabólico
“Nos hemos sentado con los dos pilotos y hemos hablado de lo que pasó esta tarde”, comentó ayer Nelson al respecto. “Entienden la posición del equipo y por qué se les pidió lo que pensábamos era lo mejor estratégicamente para el equipo, permitiendo a cada piloto que atacaran a Button individualmente y pasaran. El tema se ha cerrado y seguimos adelante como equipo, nuestro próximo objetivo es Bahréin, la semana que viene”. Lo que se habla en el vestuario, en el vestuario queda.
El dilema planteado al brasileño en Sepang era diabólico: desobedecer (por un sexto puesto), o proteger tu dignidad. Con Hockeheim 2010 en el subconsciente y en el imaginario colectivo, el brasileño acertó, simplemente porque salvó el mayor de entre dos males ¿Cómo se hablaría hoy de Felipe Massa en Brasil y en todo el mundo de haber seguido la primera opción?
Si hubiéramos estado dentro del casco del brasileño, ¿qué hubiéramos hecho los demás?
http://www.elconfidencial.com/deportes/ ... ia_111115/