La Fórmula 1 2014 está llevando a los pilotos al límite de su condición física con dietas extremas
El reglamento técnico les ha obligado a adelgazar para compensar el sobrepeso de los monoplazas
Algunos de ellos están empezando a sufrir problemas debido a las dietas extremas que llevan
La Fórmula 1 2014 coquetea con la anorexia. No en el sentido estricto de esta grave y compleja patología de la que hay que hablar con el máximo respeto y que la RAE define como: “falta anormal de ganas de comer, dentro de un cuadro depresivo, por lo general en mujeres adolescentes, y que puede ser muy grave”. Pero socialmente, se entiende que alguien está sufriendo un efecto similar cuando tiene una preocupación extrema por adelgazar por debajo del equilibro que marca su género, estatura, peso y constitución física.
Algo así está pasando en la Fórmula 1 y, lejos de ser provocado por un tema estético o baladí, el problema tiene sus raíces en una base técnica y reglamentada. Con el cambio de los motores, el nuevo reglamento de la F1 ha limitado el peso mínimo de los monoplazas a 692 kg (con piloto incluido, aceite y líquido refrigerante y de frenos cargados). Eso son 50 más que el año pasado, sin embargo, todo el aparatoso sistema híbrido de baterías, motores eléctricos y periféricos que montan los nuevos monoplazas hace que este nuevo margen sea insuficiente sobre la báscula ¿Quién está sufriendo las consecuencias de esta restricción? Los mismos que se juegan la vida sobre las máquinas: los pilotos.
Adelgazar por debajo del límite
Muchos de ellos ya lo llevan avisando desde el pasado otoño cuando se aceptaron, firmaron y publicaron las normas y límites que iban a regir la F1 de 2014. Especialmente, los más altos y corpulentos. Jenson Button (1,82 m y 71 kg), uno de los que mejor forma física tienen y que compite en varios triatlones a lo largo del año (de hecho organiza uno con fines benéficos) lo explicó de la siguiente forma: “Yo peso unos 74 kilos con mi equipamiento (casco, mono, calzado y guantes) y ya tengo problemas para llegar al mínimo, cosa que he hecho en los últimos tres años. Hay ciertos entrenamientos que puedo hacer, pero hay otras cosas que no: no puedo ganar músculo, no puedo comer carbohidratos porque tengo que mantenerme en un peso estable. La gente no se da cuenta de la diferencia que puede marcar un kilo. Tres kilos son alrededor de tres décimas por vuelta en la mayoría de circuitos", confesó Button.
"Llevo sin comer nada con azúcar desde principios de diciembre, estoy viviendo como un monje", dijo Rosberg
Otro de los más afectados fue el alemán Nico Hülkenberg (1,85 m y 74 kg): “No es muy justo decir que perdamos peso, porque algunos ya no podemos adelgazar más. Necesitamos piel y músculos para conducir un coche de Fórmula 1”. Sin ir más lejos, el piloto de Force India afirmó, tras el pasado GP de Malasia, que no pudo resistir más y rompió su estricta dieta en un McDonald's: “Fue una emergencia, estaba realmente hambriento y necesitaba comer algo. Creo que algunos de los otros chicos tienen algo más de sobrepeso, pero yo estoy más o menos igual que a finales del año pasado. No puedo perder más”.
Pero el problema no es solo de los más corpulentos. El actual líder de la clasificación general de pilotos, Nico Rosberg (1,78 m y 67 kg), también lo está pasando mal con el tema de la dieta y el peso: “He tenido que hacer el sacrificio de adelgazar para equilibrar el coche perfectamente", dijo. "La dieta sola es fácil, pero el entrenamiento con poca comida es un infierno. No he comido nada con azúcar desde principios de diciembre, estoy viviendo como un monje".
Otros como el mexicano Sergio Pérez (1,73 m y 63 kg) se ha tenido que quitar cuatro kilos para llegar en forma al primer Gran Premio del año. Mientras que Fernando Alonso (1,71 y 66 kg) ha perdido uno con respecto al año pasado.
Inevitablemente, esto está teniendo sus consecuencias en todos los pilotos y no hay más que fijarse y comparar las imágenes con la pasada temporada para ver que la mayoría de ellos están más delgados, algo que se aprecia, en algunos casos con mucha evidencia, en sus propios rostros.
Como decimos, la protesta de los afectados lleva meses en el paddock pero no ha sido hasta el inicio de la temporada cuando se han empezado a notar determinados efectos de este extremo que han encendido las alarmas. El piloto francés de Toro Rosso, Jean Eric Vergne (1,82 y 67 kg), ha tenido que ser hospitalizado recientemente: "Hice una dieta este invierno pero se llega a ciertos límites que el cuerpo ya no puede aguantar. Estuve en el hospital entre los Grandes Premios de Australia y Malasia debido a la falta de agua y un poco de falta de todo. Estaba muy débil", según reveló el joven de 23 años de edad. De nuevo, su preocupación tiene un efecto directo sobre el asfalto: "la diferencia de peso entre yo y mi compañero me estaba haciendo perder cuatro décimas (por vuelta)".
Como era lógico, el francés ha sido uno de los más críticos con la medida: "Francamente, esta situación es una estupidez. Los coches de Fórmula 1 son muy difíciles de conducir y necesitamos todas nuestras habilidades. Estar obligados a bajar de peso no es bueno".
"Los pilotos más delgados quieren mantener su ventaja. Francamente, esta situación es una estupidez"
Sin embargo, entre los mismos pilotos tampoco consiguen llegar a un acuerdo, como el propio Vergne ha declarado después de haber mantenido varias reuniones con sus compañeros de gremio: “No hemos llegado a una solución. Los pilotos más delgados quieren mantener su ventaja". Aunque sin decirlo directamente, su compañero de box es uno de los que sacan beneficio de la situación. El debutante ruso de 19 años, Daniil Kvyat, mide 1,80 metros y apenas llega a los 61 kg.
Correr sin agua
Pero las dietas y los entrenamientos extremos no son lo único que están intentando los pilotos para ser más competitivos. El alemán Adrian Sutil (1,83 y 71 kg) está corriendo sin su bolsa de hidratación para ahorrar peso, ese depósito de líquido que los pilotos utilizan para beber durante la carrera a través de un tubo que pasa por la parte delantera del casco. Sutil ya lo hizo en Malasia y afirmó esto antes de la carrera de Baréin: "No hay bebida. Para Baréin será una hora y media en el coche, sin bebida. En Malasia tuve un poco de té, pero nada más. Nosotros (los pilotos más grandes) tenemos que perder mucho peso. No hay mucho donde podamos perder de todos modos, así que ni siquiera puedes entrenar porque tenemos muy poca masa muscular. Es una situación difícil y no creo que sea justa. Los pilotos pequeños comen lo que quieren, pero nosotros somos naturalmente más pesados y tenemos una penalización de segundo y medio por vuelta, o más, así como así. No porque los más pequeños sean mejores pilotos, sino porque son más ligeros. No es así como debe ser la F1. Existe peligro de desmayos y deshidratación. Estamos compitiendo a más de 300 km/h, así que ya no es tan fácil. No se puede garantizar que todos los pilotos den el 100% desde un punto de vista físico”.
"Los pilotos pequeños comen lo que quieren, pero los más corpulentos perdemos un segundo y medio por vuelta"
Mientras los principales afectados intentan llegar a un acuerdo para cambiar las cosas, el máximo órgano legislativo, la Federación Internacional de Automovislimo (FIA) sigue sin ver un problema en una situación más peligrosa de lo que planteaba el reglamento de limitación de peso cuando se aprobó. El presidente de la FIA, Jean Todt ha respondido así al caso de la hospitalización de Vergne: "Creo que normalmente puedes hacer una buena dieta y no tienes que ir al hospital porque has perdido demasiados kilos. No creo que vayas al hospital porque estés a dieta”.
La opinión del experto “Si todo está monitorizado, no hay peligro”
Para descubrir hasta qué punto esta situación es peligrosa para los pilotos de Fórmula 1, ZoomNews ha podido hablar con el arquitecto del cuerpo de Fernando Alonso. Fernando Azurmendi fue uno de los primeros preparadores físicos que tuvo el asturiano, uno de los responsables de que se haya convertido en un superatleta capaz de completar entrenamientos en pretemporada de 1.000 km en bicleta, 100 de carrera a pie y más de 20 nadando. Azurmendi, que actualmente sigue trabajando con otros pilotos profesionales, afirma que la clave está en el equilibrio: “El piloto está rodeado de un equipo médico que monitoriza todo. Desde endocrinos, dietistas, fisioterapeutas y preparadores físicos. Y ellos son los que vigilan que el peso del piloto esté siempre en los límites razonables para su altura y constitución. Se controla absolutamente todo llegando incluso a analizar las comidas y evitar que, por ejemplo, se ingieran alimentos que puedan producir el mínimo grado de somnolencia a la hora de competir. Mientras que los pilotos estén en buenas manos, no tiene por qué haber problema”.
"Todo está monitorizado, pero si el piloto se obsesiona puede empezar a cometer errores en sus hábitos"
Sin embargo, Azurmendi también avisa del riesgo de que esta tendencia pueda degenerar en un problema: “Si el piloto se obsesiona puede empezar a cometer errores en sus hábitos. El tema de no tomar nada de azúcar puede ser muy peligroso, entre otras cosas, porque es el principal nutriente que necesita nuestro cerebro y eso afecta directamente a los reflejos. Además, los monoplazas de esta temporada, son un poco menos exigentes físicamente, pero mucho más desde el plano de la concentración y el desgaste mental, por la cantidad de parámetros que tiene que gestionar el piloto”.
Otro asunto de vital importancia en cuanto al tema de las dietas de los pilotos está en su índice de grasa corporal. Y no hablamos en este caso de lo que todos conocemos como 'michelines' sino de algo mucho más importante. Según Azurmendi: “aunque todos los pilotos estén en perfecta forma, necesitan de unos mínimos de grasa corporal ya que esta es la que protege los órganos internos. En la aceleraciones a las que someten su cuerpo al conducir un coche de Fórmula 1 y, no hablemos ya de las que pueden sufrir en un golpe o accidente, es vital que los órganos internos tengan los mínimos de grasa para absorber los impactos. Si esto no se cumple, puede haber consecuencias muy graves”.
¿Tiene solución?
El problema del peso de los pilotos ha pasado de ser una posibilidad a una realidad que tiene preocupada a mucha gente cuando solo se han disputado tres carreras esta temporada. Los principales afectados, los propios pilotos, piden que se tomen medidas con urgencia y, entre ellas, el aumento del peso mínimo de los monoplazas a 700 kg, lo que les permitiría no tener que llevar hasta estos extremos su dieta y preparación física. Habrá que ver en qué acaba este complejo y delicado asunto, porque parece que, por ahora, los legisladores de la Fórmula 1 no están dispuestos a ceder ante las quejas y críticas.
Mucho más difícil sería reducir el peso de unos monoplazas en pleno proceso de desarrollo y estrictamente limitados a unos parámetros técnicos, de seguridad y rendimiento. En Caterham lo están intentando, según afirma el debutante sueco Marcus Ericsson (1,80 y 69 kg): "El problema es que mi compañero de equipo, Kamui Kobayashi (1,68 y 60 kg) es 10 kilogramos más ligero que yo, así que para ser capaz de igualar sus tiempos es muy difícil porque pierdo medio segundo en cada vuelta sólo por el peso. Estamos trabajando todo el tiempo para tratar de hacer el coche más ligero y es un trabajo constante para nosotros, pero es sin duda un poco frustrante porque que no eres sólo un novato, además tienes 10 kg de más durante la vuelta. Sé que los dos coches están por encima del límite, y, obviamente, él es 10 kg más ligero que yo, así que mi coche estará bastante por encima del límite. Estamos perdiendo una gran cantidad de tiempo por vuelta, es una vergüenza".
Como precedente, en 2009, la incorporación del sistema KERS ya planteó una situación parecida y, finalmente, se accedió a aumentar el peso mínimo del conjunto monoplaza/piloto para evitar problemas.
http://www.zoomnews.es/249572/deportes/ ... urce=znrec