MCLAREN BUSCA EL DIVORCIO CON HONDA
'Operación Toro Rosso', la partida de póker a cuatro bandas que decide el futuro de Alonso
McLaren baraja usar motores Renault para mantener a Alonso, pero eso puede requerir un difícil acuerdo entre Honda y Toro Rosso. En medio, un entramado legal y poco tiempo de maniobra
"He estado desayunando con Fernando Alonso esta mañana. Está muy contento con el chasis de McLaren, pero ya sabemos cuál es el problema", contaba Zak Brown después del Gran Premio de Bélgica, que evidenció el hartazgo de Alonso con los problemas del motor Honda. Empezó con un rotundo "vergonzoso" por la radio y acabó dejándolo claro cuando le preguntaron por el 2018. "Aquí solo tiene que cambiar una cosa...".
Sin decirlo literalmente, apuntó más contundente que nunca al motor. No eran pocos los que en Spa empezaron a dibujar el dilema de McLaren a estas alturas del año: o seguir con Honda, o seguir con Alonso. Aunar ambas partes se antoja ya más como una utopía que una posibilidad real. Hasta el entorno del piloto venía a señalar a esta dirección como contrapunto de la decisión que tomará Zak Brown este mes de septiembre, cuando se espera ya un veredicto definitivo. McLaren no juega en terreno fácil y romper relaciones con Honda puede introducirles en un difícil proceso legal. "Aquí hay un contrato a largo plazo, Honda quiere seguir con McLaren", insisten fuentes de la prensa japonesa a este diario. La partida, que irá tomando forma esta semana, puede incluir a un tercer actor: Toro Rosso.
Por qué Honda no quiere a Toro Rosso
A final de julio, antes del parón veraniego, Honda barajaba la posibilidad de suministrar su motor a Toro Rosso en 2018. Había posibilidades razonablemente altas de que se firmara el acuerdo, algo que los japoneses impulsaban con ímpetu por una razón concreta: dando por hecha su continuidad con McLaren en 2018 (contrato en mano), necesitaban un segundo equipo cliente para acelerar la evolución del motor. Red Bull actuaba en retaguardia a la espera de que Honda diera con la tecla con su equipo 'hermano' y pudieran lanzarse a usar sus motores más adelante. Una apuesta arriesgada, pero plausible en aquella fecha.
Todo se truncó en verano. Toro Rosso y Honda desmintieron en Bélgica que llegara a haber negociaciones formales, aunque sí parecía existir cierta voluntad entre ambas partes. "Toro Rosso quería dejar de usar motores Renault y montar Honda porque necesitaba dinero", explican desde Japón. "Toro Rosso podía empezar a ser algo más independiente de Red Bull. Pero Honda no podía darles dinero: en todo caso aceptaban darles uno de sus motores, pero no más que eso porque ya están pagando mucho a McLaren. A Red Bull no podían darle más", destacan.
Honda tenía ante sí un dilema particular: o invertir ese dinero en McLaren, o invertirlo en Toro Rosso con la opción de Red Bull en el futuro. Optaron por lo primero, fieles a su convicción de que McLaren es una de las mejores estructuras de la parrilla en cuanto a recursos y tecnología. Ceder ante Red Bull sólo hubiera tenido una vía de escape. "A Honda no le hubiera importado pagar algo si pudiera colocar a (Noboharu) Matsushita –su piloto de cantera– en Toro Rosso, pero no era una opción realista. ¿Por qué debería pagar Honda así como así?", se preguntan en Japón.
Ante la prensa nipona, Honda nunca ha negado su interés en trabajar con un segundo equipo, aunque siempre con McLaren como eje prioritario. Pero McLaren no parece por la labor de mantener el contrato. Es aquí donde surge el problema a resolver en las próximas semanas.
¿Y qué va a hacer McLaren?
Bélgica pareció derramar la última gota que colmó el vaso de la paciencia para Alonso. Y ante el 2018, Brown ya ha reconocido que mantener al asturiano es una prioridad, lo que obligaría automáticamente a aplicar el adiós a Honda. El cómo hacerlo delimita el terreno pantanoso donde se pueden meter los ingleses. Honda ya contó en verano a los medios japoneses que estaría dispuesta a llegar "hasta el final" para cumplir con el contrato. ¿Qué alternativa tendrá entonces McLaren si no consigue una vía de escape?
La publicación 'Motorsport' desvela que el plan de McLaren tiene dos ejes principales. Por un lado, pactar una rotura pacífica con Honda y utilizar motores Renault en 2018. Por otro, que Honda y Toro Rosso lleguen a un acuerdo para trabajar juntos. El trasfondo es sencillo: Renault ya suministra a tres equipos y sumar un cuarto no entra en sus planes, según confesó Cyril Abiteboul. Que Toro Rosso cambiara de suministrador permitiría que McLaren utilizara su plaza libre con los franceses y, además, impediría la marcha de Honda de la F1, escenario probablemente no deseado por la FIA y Liberty Media. Que todo ocurra a la vez será ya otra historia.
Los obstáculos son varios. Por un lado, nadie conoce bien las intenciones de Red Bull para el futuro ni la forma en la que desea seguir operando con Toro Rosso en la F1. ¿Aceptarían que su equipo 'B' se lanzara a Honda, aún con el riesgo de vivir un calvario como el de McLaren? Y por otro, ¿aceptaría Honda trabajar con Toro Rosso, un equipo de potencial tecnológico infinitamente menor que McLaren? En Japón siempre han insistido en que una rotura con McLaren sacaría a Honda de cualquier quiniela por ser campeones en el futuro, prueba de su confianza en el equipo inglés. Ejecutar la ruptura, en diversos sentidos, no se antoja nada fácil.
¿Puede Honda levantar esto en unos meses?
Convencer a McLaren se antoja cada vez más difícil. Como ya avanzó El Confidencial, Honda planeaba ya desde junio introducir en Bélgica su cuarta mejora del motor. Finalmente no llegó y dio a McLaren aún más motivos para la ruptura. En vez de una mejora completa, trajeron unas piezas pequeñas para afianzar la fiabilidad. "No están contentos, no han cumplido con los plazos", destacan en Japón.
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Desde ahora hasta final de año, el foco de todas las mejoras estará en el motor de combustión interna, donde sitúan el mayor déficit respecto a Ferrari, Mercedes y Renault. Hay quien habla de unos 80CV aproximadamente en cómputo global. En cuanto a la fiabilidad, no barajan grandes mejoras en el MGU-H (que se rompe cada dos carreras), al margen de pequeñas evoluciones. Después de que en Hungría y Bélgica (obviando la retirada de Alonso) rodaron prácticamente sin problemas todo el fin de semana, el foco irá ahora destinado al rendimiento.
Esa mejora en el motor de combustión, prevista para Bélgica, llegará presumiblemente en Malasia, a final de septiembre. Honda va a intentar introducirla este fin de semana en Italia, pero Hasegawa avanzó el sábado que "no puedo prometer nada" y en Japón ya se temen otro retraso. "Monza viene en cinco días. ¿Alguien cree que les va a dar tiempo? No han dicho si tienen preparada la mejora o no, pero tenerla de aquí a cinco días es bastante difícil...". En efecto, todo el hermetismo de Honda no ayuda a entender bien cuál es su rumbo en la F1. "Sobre eso no dicen nada...", es la frase que más reproduce la prensa nipona.
¿Retiró a propósito Fernando Alonso su monoplaza en el GP de Bélgica?
Desde Honda, Yusuke Hasegawa reconoció que no se vio nada anormal en el coche del español. ¿Cómo reaccionarían otros pilotos después de tres años de frustraciones?
Su legítima defensa se basa en que existe un contrato con McLaren que desean cumplir a rajatabla. Micrófono al frente, se ejerce la ley del silencio sobre cuestiones complejas como el futuro de Alonso o la mala fiabilidad del motor. Sin ir más lejos, la rueda de prensa en japonés del pasado viernes trató exclusivamente sobre la SuperFórmula, una categoría de su país donde también participan. Ni rastro de la Fórmula 1.
Cómo acabe todo este entramado es la incógnita a despejar a partir de este fin de semana. Las piezas se estructurarán según un orden, pero flota la incógnita si será con Toro Rosso de peón (como parece buscar McLaren), o ciñéndose al contrato vigente (como defiende Honda). Y en medio, el veredicto de Fernando Alonso de seguir o no en la Fórmula 1 en 2018.
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