Más problemas para Ferrari: cómo Red Bull se le ha subido a las barbas
Red Bull llegaba a Bakú con motores Honda a estrenar para dar un salto en competitividad. Un salto que demostró mejoría pero se vio frenado por un fallo en el coche de Gasly
Red Bull llegaba al Gran Premio de Azerbaiyán de Fórmula 1 con motores Honda a estrenar. No es una gran noticia cambiar con tan solo tres carreras a las espaldas pero tenían claro que querían dar el salto este fin de semana. Un salto que fue directamente al vacío cuando vieron como el monoplaza de Pierre Gasly se paraba y a Max Verstappen le tenían que pedir desde el box que aflojara por un problema que no se le puede atribuir al fabricante japonés. Una fallo que permitió que Sebastian Vettel y Ferrari mantuvieran un podio que en ritmo de carrera no merecieron.
El holandés tenía entre ceja y ceja cazar a Vettel, y si miramos la progresión de los tiempos podría haberlo conseguido. Pero un problema en la transmisión del monoplaza de su compañero arruinó cualquier opción. Olvidando los constantes problemas de la temporada pasada con Toro Rosso, Honda ha demostrado que en potencia ya están vigilando de cerca a Ferrari y Mercedes y, junto a Red Bull, ya amenazan la plaza de un SF90 que cada carrera que pasa da peores sensaciones. Mercedes juega cada fin de semana con los de Maranello y Toto Wolff escudaba que Charles Leclerc fue el piloto más rápido del fin de semana, pero nada más lejos de la realidad si nos atenemos a los tiempos por vuelta.
Un ritmo superior a Ferrari
La gran noticia para Red Bull de este Gran Premio de Azerbaiyán fue el ritmo de carrera. Si Verstappen, a pesar de ser adelantado en la primera parte por Leclerc, estuvo rodando a pocos segundos de Vettel y con posibilidades de luchar por la tercera plaza, Gasly voló sobre el trazado de Bakú dejando por los suelos el ritmo de uno de los Ferrari que parecía destinado a reinar este domingo. Leclerc echó a la basura sus opciones el sábado. Y si el domingo pretendía hacer algo heroico, todo quedó en nada. Salir el octavo y acabar el quinto era lo que hubiera hecho cualquiera con ese monoplaza. Un ritmo insuficiente junto a una mala estrategia con la que estuvo a punto de comprobar que podía haber acabado incluso por detrás del segundo RB15.
Embriagado por su enorme superioridad sobre Vettel y sus rivales, el piloto monegasco cometió un grave error que impactó de lleno en la línea de flotación de Ferrari
Mientras Leclerc no encontraba el paso, Verstappen empezó a volar tras su parada. Con los cuatro de cabeza con neumáticos medios, desde la vuelta 16, su primera vuelta rápida, hasta el final de la 39, cuando apareció el VSC, Verstappen fue 0,3 s por vuelta más rápido que nadie. El impresionante ritmo de Red Bull fue respaldado por la mejora de Gasly, quien con neumáticos medianos, antes de parar y una vez con el aire despejado, fue en promedio 0.179s más rápido que Leclerc entre las vueltas 12 y 33. "Nuestro ritmo en comparación con Ferrari y Mercedes fue fuerte hoy", comentó Christian Horner. "Creo que teníamos un coche más rápido que Ferrari".
Helmut Marko dio con la clave durante el fin de semana. Los neumáticos fueron el punto flaco de los italianos y es un problema que puede pasar factura durante toda la temporada. "Tienen un grave problema para alcanzar temperaturas y mantener los neumáticos, que son muy sensibles, en la ventana idónea de funcionamiento. Si lo consiguen, pueden arrasar".
La reválida de Gasly
Gasly fue el hombre que se encargó de hacer algo extraordinario. Salir desde el pit lane, en el giro 12 estar sexto y demostrar en el ritmo vuelta a vuelta su superioridad frente a la gran promesa de este deporte. “Fue una gran carrera y cuando comparamos su ritmo con el de Charles Leclerc, quien comenzó la carrera con los mismos neumáticos, fue más rápido que Charles durante la mitad de la tanda. La transmisión provocó que perdiera potencia a 15 vueltas de lo que hubiera sido un sexto lugar fácil”, remarcó Horner.
El francés tuvo que abandonar por un problema en el eje de transmisión de su RB15 pero aún así salió reforzado de Azerbaiyán. Realizó esa carrera que muchos esperaban. Enseñó al gran circo y a su propio equipo el motivo por el que le dieron la oportunidad. Demostró un ritmo espectacular hasta que la fragilidad del Red Bull le jugó una mala pasada. El de 23 años se encontraba metido en un lío con su decepcionante inicio del campeonato. Vapuleado por Verstappen y, Alexandre Albon, su mayor amenaza, brillaba en Toro Rosso y se llevaba todos los elogios. En Bakú todo se complicó pero consiguió dar la vuelta a la tortilla y coger algo de aire.
Su coche, detenido en pista, provocó la aparición del Virtual Safety Car justo cuando Verstappen estaba ejerciendo más presión sobre un Sebastian Vettel que no termina de encontrar el punto al SF90. Cuando terminó el período de VSC, Red Bull comunicó al holandés que ralentizara el ritmo para evitar una posible repetición del problema de su compañero. "Sufrimos un poco para que el calentamiento de neumáticos volviera a funcionar, pero después del fallo que habíamos visto con Pierre, no queríamos correr demasiado riesgo", explicó Horner.
"Fue un fallo del eje de transmisión y no sabemos por qué, así que no queríamos correr riesgos innecesarios con Max. Es su tercer cuarto puesto consecutivo, siempre es frustrante cuando eres el primero fuera del podio, pero me pareció que tuvo una buena carrera". Un problema que nos privó de ver una pelea Red Bull – Ferrari en ambos frentes y que pocos podían esperar al ver los tiempos durante los entrenamientos libres. Los datos que dejan la resaca de Bakú son muy preocupantes para la Scuderia y que a buen seguro tanto en Maranello estarán analizando con detalle en su intento por dar alcance a Mercedes. El Gran Premio de España, un lugar marcado en rojo para presentar las mejoras más importantes, puede dictar sentencia de hacia qué dirección va cada escudería.
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