La profecía de Flavio
Con el título muy lejos, Ferrari ya prepara 2012, como Briatore vaticinó al inicio del año
30 de Agosto, 2011 | OVIEDO, ÁLVARO FAES
Oviedo, Álvaro FAES
El viejo Flavio lo vio claro hace meses. «Que piensen en el coche del año que viene, porque no alcanzarán a Red Bull». Briatore, apartado de las carreras pero con el olfato intacto, acertó con el diagnóstico cuando la temporada aún amanecía. No sabía de los fallos en el túnel de viento de Maranello, ni seguramente estaba al tanto de que el calzado Pirelli le venía muy incómodo a Ferrari. Pero dio en el clavo. Había poco que hacer. Cuando la Scuderia corrigió el rumbo, Vettel ya estaba lejos y ahora sólo falta poner fecha a la coronación, mientras que los objetivos italianos se fijan en hitos menores: ganar en Monza frente a su hinchada, intentar repetir la victoria del año pasado en Singapur y colocar a Alonso en el subcampeonato, que cada punto sumado es un dinero al final del año para la casa. Y todo con un ojo en el marzo que viene y una parte de la fábrica poniendo ya las bases del coche del siguiente ejercicio, cuando a Ferrari ya se le pedirá solvencia desde el arranque.
En realidad, nunca cesó el movimiento en los despachos italianos. En diciembre destituyeron a Chris Dyer, señalado por el desastre táctico de Abu Dhabi y el título que allí se dejaron. Y después, con el curso ya en marcha, Aldo Costa pagó con su puesto de jefe de diseño el desajuste técnico y dejó vía libre a la promoción de Pat Fry, fichado de McLaren para poner a tono el monoplaza del «cavallino».
Sin Costa, empezó a fraguarse el coche de Alonso para la temporada próxima con una premisa ineludible: estar con los mejores desde el principio. Ferrari se adapta bien a lo que otros descubren, pero no lidera la carrera tecnológica. Alonso señala el camino con discreción: «Está bien recuperar la desventaja durante la temporada, pero es mejor ganar desde el principio».
Entender qué pasa con los Pirelli y sacar partido de su comportamiento es una asignatura obligatoria. Quieren desterrar en el equipo situaciones como la del domingo, cuando se les escapó un podio porque el coche era incapaz de encadenar tiempos razonables con el compuesto más duro. «Es una pena porque Fernando hizo una gran carrera, siempre al ataque. El resultado no nos deja contentos y tampoco que cuando los neumáticos no tienen la temperatura ideal, seamos incapaces de alcanzar el ritmo que deberíamos. Es el asunto principal en el que trabajaremos para el año que viene», dice Stefano Domenicali, director de Ferrari.
Ahora que el campeonato está a punto de resolverse puede Ferrari acelerar con todo lo del año que viene. Pero antes, en la agenda aparece Monza en color rojo. Es obligado lucirse. Por los miles de «tifosi» en las tribunas; por los millones de italianos pendientes de su patrimonio que, al final, el «cavallino» lo es tanto como la «azzurra»; y por lo que vale en dinero un podio teñido de «rosso» como el del año pasado, en un Gran Premio clave para el gran patrocinador español de la Scuderia, el Banco Santander, que también da nombre a la cita italiana. Puro marketing, muchos intereses y un Mundial que se va camino de Red Bull sin que nadie pueda evitarlo.
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