SIN PUNTOS Y ÚLTIMO EN LA CLASIFICACIÓN
La mariposa que lleva el Williams, o la crisis de un histórico de la Fórmula 1
Claire Williams avisa que la empresa desaparecerá si no se reestructura económicamente la Fórmula 1, pero el futuro deportivo actual del equipo también está ensombrecido
Claire Williams dirige la escudería desde marzo de 2013 (EFE)
"Desde mi perspectiva, si no lo hacemos, Williams entonces cerrará. Toda la compañía”. Claire Williams anticipaba estos días el futuro de la escudería británica y su empresa si Liberty Media no mete la tijera para limitar la disparidad de recursos entre las diferentes equipos de la Fórmula 1. Se trataba de avisar por si no prosperan los planes de los propietarios americanos, pero en el caso de la organización británica al hambre se añaden las ganas de comer.
El esquema financiero y técnico actual está poniendo en el disparadero a históricos como Williams y hasta McLaren, aunque en diferente situación. Claire Williams hablaba del peligro a medio o largo plazo, pero el equipo británico también atraviesa en estos momentos una de las peores situaciones deportivas en muchos años. Sin puntos en la clasificación general, un monoplaza errado para 2018, dos pilotos bisoños, patrocinadores como Martini que anuncian su retirada el próximo año… ¿Qué será de aquel equipo dominador en la Fórmula 1 de los noventa?
El único equipo sin puntuar
Williams tiene 114 victorias en su haber, solo por detrás de Ferrari y McLaren. Y 16 títulos de pilotos y constructores en total. Alan Jones, Nigel Mansell, Alain Prost, Damon Hill o Jacques Villeneune lograron títulos para el equipo. Su última victoria fue en 2012 y la anterior, en 2004. La curva de decadencia se mantiene descendente desde 2014, arranque de la actual era híbrida. Ese año terminó tercera en la clasificación con 320 puntos, pero desde entonces ha perdido terreno: 257 puntos el año siguiente, 138 en 2016 y 83 el año pasado (fue quinto en las dos últimas temporadas).
Este año es el único equipo que todavía no ha logrado puntuar ni subir de la 14ª posición. De momento, la Q2 parece una utopía. Solo en Albert Park consiguió Lance Stroll escapar la Q1. El FW41 está en al fondo de la parrilla. En Barhéin, el monoplaza fue incluso más lento que el año anterior. "Sé que parecemos idiotas desde fuera”, se lamentaba Sergey Sirotkin. Renault, McLaren y Toro Rosso, por ejemplo, superan ya consistentemente al equipo británico esta temporada, y hasta Sauber-Alfa Romeo ha logrado puntuar. Todo ello, con motor Mercedes a lasespalda. "Ni velocidad ni equilibrio", resumía Stroll sobre el monoplaza británico.
Stroll (i) y Sirotkin (d), los dos bisoños pilotos de Williams esta temporada. (Reuters)
"Del coche, solo vale la pena el motor"
El FW41 ha sido concebido bajo la dirección técnica de Paddy Lowe, antiguo director deportivo de Mercedes. "Lo mejor que podemos hacer es lo que hacemos, que es lo que se puede ver en este coche", apuntaba en la presentación del nuevo monoplaza, aludiendo los “recursos finitos” con los que cuenta el equipo, y así se están confirmando en la pista. El nuevo reglamento de 2017 ha puesto el énfasis en el factor aerodinámico, un área que parece haberse atragantado en Williams a tenor de su rendimiento. Precisamente la pasada temporada llegó al equipo el antiguo responsable de Ferrari en este apartado, Dirk de Beer. Ni así. Las palabras de Robert Kubica al probar el nuevo monoplaza fueron claras y directas a los ingenieros del equipo, según su particular estilo. "Del coche solo se salva el motor, el resto es una mierda", casi vino a decir literalmente en Montmeló. La temporada le está dando la razón.
Pero el aspecto financiero parece seguir determinando la elección de sus pilotos. La propia Claire tuvo que salir en su defensa recientemente ante lo que consideraba una falta de respecto hacia ellos. Sirotkin había sido fruto de un exhaustivo proceso de selección. "El más duro que he visto", afirmó Lowe. Al margen de los 15 millones de euros aportados para el asiento. Pero incluso el propio piloto ruso reconoció tras el Gran Premio de Australia que no había llegado suficientemente preparado para las exigencias de la Fórmula 1.
Williams es la única escudería que aún no ha puntuado esta temporada en la F1. (EFE)
La mariposa de Virgina Williams
En los últimos años, el equipo británico ha pasado con Claire Williams al frente por varias reestructuraciones empresariales técnicas. Si LIberty sigue con sus planes, Williams sobrevivirá financieramente porque las cifras propuestas por los americanos encajan en su esquema actual. Pero el futuro deportivo es una incógnita. Y ese es el gran desafío: la supervivencia de Williams.
Contaba la propia Claire que a su madre, Virgina Williams, le encantaban las mariposas. Había sido una pilar crucial para Frank durante toda la historia del equipo. Porque en el fondo, Williams siempre fue un asunto de familiar. Ginny tenía 60 años cuando se tatuó una mariposa en el brazo. Tras luchar con el cáncer, finalmente falleció en 2013. Recordaba admirada la propia Claire que en la iglesia del funeral, de repente apareció volando una que se posó en las vidrieras primero y se metió en la ropa de alguien después. Era pleno invierno. Esa mariposa apareció volando en la casa familiar después del funeral hasta que desapareció.
Los monoplazas de Williams llevan dos logotipos de forma permanente en su carrocería. Uno, el de la fundación de Ayrton Senna. El otro es el de una mariposa sobre fondo blanco. Claire pidió que se lo diseñaran a propósito después de fallecer su madre. "Hay historias que dicen que este equipo acabará como Tyrrell. Ni siquiera por encima de mi cadáver", afirmaba la hija de Frank Williams. En la antigüedad, la mariposa era el símbolo de inmortalidad, del renacimiento y la resurrección.
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