Liberty quiere convertir la pretemporada en el Gran Premio cero
Liberty Media desea una gran transformación de la pretemporada de Fórmula 1 desde el próximo año, una auténtica revolución a lo que nos tenían acostumbrados hasta ahora.
La idea es, de una parte, reducir las jornadas de test a sólo cinco en una sla semana y la otra, convertirlos en un auténtico espectáuclo de pretemporada, cuya comercialización televisiva sea mucho más interesante. En suma, convertir los test en el Gran Premio cero de la campaña.
La idea de Liberty Media es clara: hacer de los test de Fórmula 1 un prólogo como el que hace el WEC, con presentación de los equipos, foto de familia, ruedas de prensa, etc. Y, sobre todo, hacer que en los test, al menos en las jornadas finales, los coches deban cumplir una serie de normas con objeto de que los aficionados puedan tener una idea más fidedigna del valor de cada equipo, sin tener que esperar a los primeros entrenamientos en el GP de Australia.
Rodar con los pilotos titulares, con un mínimo de gasolina, incluso estipular cuándo se pueden usar unos neumáticos u otros pueden estar en el menú que se prepara y que tendrá un timing concreto.
Como dijimos en su momento, Barcelona es la máxima candidata a albergar esos cinco días de test, aunque Baréin y Paul Ricard también aspiran a ello. Los test pueden celebrarse del 17 al 23 de febrero o quizás mejor del 26 de febrero al 1 de marzo.
Precisamente cuando hablamos de con los responsables del Circuit de Barcelona-Catalunya para tratar sobre la continuidad o no del GP de España –que ahora parece asegurada–, también lo hicimos de los test y admitieron que trabajan con los equipos y Liberty para lograr hacerlos más atractivos.
Los test han perdido protagonismo frente a las simulaciones que hacen los equipos. Las pruebas tiene, sobre todo, una función de comprobar que los datos obtenidos en la simulación se corresponden con la pista y efectuar las correcciones pertinentes.
Por supuesto hay equipos que quieren más test y otros, que quieren reducirlos. Estos señalan que las temperaturas de los días de test por lo general limitan la validez de los mismos. Y que trasladarlos a lugares de temperaturas más altas puede chocar con dos escollos: uno lógístico y el otro, la poca representatividad de los circuitos disponibles frenta a lo que tendrán durante la temporada.
En este sentido, Barcelona tiene la ventaja de la representatividad: si un coche va bien en Barcelona, va bien en todas partes. También la profusión de datos que todos los equipos tienen del Circuit de Barcelona-Catalunya, que permite efectuar comparaciones, diagnósticos y elegir posibles camino de solución. Y, por otra parte, está a dos horas de avión, como mucho, de las sedes de los equipos, lo que facilita la llegada de piezas durante los test.
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