¿Por qué se contagian tantos pilotos de F1? ¿Irresponsabilidad?
Seis de 20 pilotos de la parrilla de Fórmula 1 han contraído la COVID-19, tres durante el último mes, en vacaciones. Mal ejemplo para la sociedad.
La noticia de que Pierre Gasly había dado positivo por COVID-19 fue una pequeña sorpresa para gran parte de la comunidad de la Fórmula 1 el domingo por la noche.
Lo anunció en el mismo formato de texto de Instagram Stories que utilizaron Charles Leclerc y Lando Norris tras dar positivo en el último mes. Norris también se contagió en Dubái, como Gasly, y el piloto de AlphaTauri confirmó que estaba aislado y se sentía bien, antes de instar a sus seguidores a "tener cuidado”.
El tercer caso positivo en menos de un mes, y el sexto en general en la parrilla de la Fórmula 1, ha supuesto otra llamada de atención a la categoría sobre los riesgos a los que se enfrenta. Casi un tercio de la parrilla ha contraído el virus, una cifra muy alta, se mire por donde se mire.
Pero, ¿por qué los pilotos de F1 han sido tan susceptibles de contraer la COVID-19 en comparación con los protagonistas de otros deportes?
La F1 se ha enfrentado a desafíos más grandes que la mayoría de las demás categorías al ser un campeonato internacional. A diferencia de deportes nacionales como el fútbol y el rugby, o incluso los campeonatos nacionales de automovilismo o motociclismo, el ADN trotamundos de la Fórmula 1 hace que sea imposible evitar algunos riesgos, como pasar por los aeropuertos utilizados por el resto de viajeros.
Los protocolos implementados por la F1 y la FIA han funcionado bien, arrojando una cantidad increíblemente pequeña de resultados positivos y aplicando planes estrictos y efectivos en caso de que surjan. Se consiguió que la temporada 2020 se llevara a cabo de manera segura, incluso con reglas estrictas en vigor. El claro ejemplo se vio en Abu Dhabi, cuando se creó un "puente aéreo" para aislar al paddock de F1 del resto de la ciudad.
Pero el régimen de pruebas habituales requerido para los eventos no está activo durante el periodo entre temporadas, lo que le da al paddock un respiro de las incómodas búsquedas nasales. El endurecimiento de las restricciones en todo el mundo implica que todavía es necesario permanecer alerta, sobre todo a medida que comienzan a surgir nuevas cepas más transmisibles.
El piloto de Alpine Esteban Ocon explicó a finales del año pasado que sería difícil dejar de tomar precauciones incluso sin los habituales test de coronavirus, dada la necesidad de los pilotos de completar sus intensos entrenamientos de pretemporada.
"Va a haber un período alto de entrenamiento, necesito recuperar el peso que perdí durante la temporada y recuperar mi nivel de condición física", explicó Ocon.
"Pero es un poco complicado viajar en este momento por Europa. Es un poco complicado simplemente dejar de lado las precauciones, porque no podemos hacer eso. No nos van a hacer tantas pruebas, pero no queremos coger la COVID-19, perder 15 días y sentirnos mal".
Los efectos de la COVID-19 incluso en atletas de élite como los pilotos de F1 se vieron claramente el año pasado. Lance Stroll se perdió el Gran Premio de Eifel por enfermedad, se retiró antes de la clasificación y dio positivo al regresar a Suiza. Su estado de forma fue irregular cuando volvió, y el canadiense admitió a Motorsport.com en una entrevista a final de temporada que sintió las secuelas durante un tiempo.
"No fue una recuperación fácil de cara a mi regreso", admitió Stroll. "Tuve ese tipo de resaca de COVID-19 durante un par de carreras en Portugal e Imola. Y eso fue realmente muy difícil. Estuve fuera del coche desde el GP de Rusia hasta el de Portugal, como cuatro semanas sin subirme al Formula 1, sin hacer ejercicio. Perdí mucho músculo, no hubo entrenamiento. Así que fue una recuperación difícil".
Es un riesgo del que los pilotos eran conscientes, pero eso no ha impedido que muchos de ellos viajen, lo que genera dudas sobre la necesidad de esas escapadas. En un momento en el que autoproclamados influencers han estado pidiendo perdón por viajar en avión a Dubái para realizar un trabajo poco esencial (posar en las playas debe ser que ayuda a motivar a la gente en casa), los pilotos de F1 que han viajado también han sufrido críticas.
Norris y Leclerc tuvieron que responder a preguntas de los aficionados sobre su decisión de viajar a Dubái. McLaren dijo que Norris había viajado allí para entrenar, pero antes de eso se tomó unas cortas vacaciones.
Gasly tiene un apartamento en Dubái y ha pasado tiempo allí durante el invierno, lo que significa que técnicamente está "en casa", pero en las últimas semanas se le ha visto en fotos interactuando con otras personas sin usar mascarilla y sin separación.
Según los países fueron imponiendo restricciones nuevamente hacia finales del año pasado, el bajo número de casos de COVID-19 de Dubái lo convirtió en un lugar popular y al que era relativamente fácil viajar.
Emirates comercializaba abiertamente sus vuelos y señalaba que Dubái era un "corredor de viaje" y estaba en la lista de lugares donde los pasajeros que volvían al Reino Unido no tenían que pasar una cuarentena de dos semanas tras su llegada. Se han eliminado la mayoría de las restricciones, con la excepción del uso de mascarillas, mientras que en marzo comenzará un ambicioso programa de vacunación dirigido al 50% de la población de los Emiratos Árabes Unidos.
Pero, como era de esperar, los casos ahora han aumentado. El 30 de enero se informó de un récord diario de 3.657 casos en los Emiratos Árabes Unidos, lo que llevó al gobierno británico a meter al país en la "lista roja", prohibiendo los viajes allí.
Otros deportistas que viajaron a Dubái durante el invierno también dieron positivo, incluidos futbolistas del Manchester City y del Arsenal. En Escocia, el Celtic de Glasgow se quedó sin 13 jugadores para un partido reciente después de que uno de ellos diera positivo entrenando en Dubái, lo que obligó a otros a confinarse.
Este periodo entre temporadas de Fórmula 1 quizás sea el más necesario de la historia. Las 17 carreras en poco más de cinco meses agotaron a todo el paddock, así que es importante que todos tengan tiempo libre. Los pilotos pudieron volver a disfrutar de la libertad habitual de viajar donde quisieran y descansar, algo que la pandemia impidió durante la temporada.
"Te sientes como si estuvieras un poco en una jaula, donde no tienes la libertad de hacer lo que quieras y ver a la gente que quieres", había declarado Gasly a Motorsport.com antes del final de la temporada. "Así que claramente voy a aprovechar la oportunidad en invierno para hacerlo, porque quién sabe qué va a pasar el año que viene. Es posible que estemos en una situación similar".
Sin embargo, la naturaleza internacional de la F1 no explica completamente por qué tantos pilotos han contraído la COVID-19. MotoGP tiene un calendario igualmente extenso y, sin embargo, se sabe que solo cuatro pilotos en sus tres categorías (MotoGP, Moto2 y Moto3) dieron positivo. La mayoría de los pilotos han pasado el invierno en Europa.
Algunos pilotos y equipos de F1 han optado por mantener un perfil bajo cuando se trata de revelar dónde iban a pasar las vacaciones. Sergio Pérez y Sebastian Vettel han viajado al Reino Unido en las últimas semanas para visitar a sus nuevos equipos y completar la preparación de los asientos, pero por lo demás, ha habido pocas señales claras de que los pilotos vayan a sus fábricas o se vayan de vacaciones, siguiendo los consejos de sus equipos de ser conscientes de la situación global.
Una teoría que defendía a Norris, Leclerc y Gasly era que era mejor para ellos contagiarse de COVID-19 ahora que durante la temporada, lo que los obligaría a perderse carreras. Es una idea similar al "campo de coronavirus" que el Dr. Helmut Marko (que, recordemos, pese al apodo no es doctor en Medicina) sugirió el pasado mes de marzo para sus pilotos de Red Bull.
La investigación científica ha dato datos que no aclaran mucho el asunto. Un estudio reciente de Public Health England afirmaba que "la inmunidad adquirida naturalmente como resultado de infecciones pasadas proporciona un 83% de protección contra la reinfección", que dura al menos cinco meses. Pero aún es posible portar la COVID-19 y contagiar a otras personas, y no está claro cuánto tiempo duraría realmente tal inmunidad.
El precio, si lo hubiera, que pagarán los pilotos que hayan contratado la COVID-19 aún está por verse. Desde entonces, Norris completó su aislamiento y volvió al Reino Unido, mientras que Leclerc volvió a la pista con Ferrari la semana pasada en Fiorano. Ninguno de los dos se ha enfrentado todavía a los medios de comunicación este año, pero será interesante saber cuánto afectó el virus a sus preparativos de pretemporada.
El recién nombrado CEO y presidente de la F1, Stefano Domenicali, habló recientemente sobre la necesidad de que los pilotos sean embajadores de las opiniones de la categoría fuera de la pista, en relación con su campaña We Race As One y los mensajes contra el racismo.
Pero también debería ser así en relación con la pandemia. Es importante que los pilotos se aseguren de ajustarse a las directrices lo mejor posible, incluso durante los meses sin competición. No solo por su propio bien, sino para mostrarse conscientes de la situación mundial en general. El hecho de que ya no corran el riesgo de perderse una carrera no significa que deban bajar la guardia por completo.
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