La muerte del piloto francés recuerda a todos que la Fórmula 1 es un deporte de alto riesgo
La familia de Jules Bianchi desiste de exigir a la Escudería Marussia que se aclaren las circunstancias del accidente
Si en el caso de María de Villota -la última piloto de la categoría que perdió la vida a bordo de un F1-, las responsabilidades aún penden de una decisión de su familia que tantea la posibilidad de arremeter legalmente contra la Escudería, en el caso de Bianchi todo parece aclarado. En un principio, su padre solicitó que se aclarasen y determinasen culpabilidades y responsabilidades, pero no se ha vuelto a hablar de este tema, se ha llevado con la mayor de las discreciones y de manera muy alejada de los focos
Actualizado 20 julio 2015
No ha sido una sorpresa para nadie, pero no por ello menos triste. El piloto francés Jules Bianchi abandonó la vida en la madrugada del viernes pasado tras nueve meses del estado de coma en el que entró tras su accidente durante el Gran Premio de Japón de 2014. El piloto, bajo contrato de Ferrari, perdía el control de su Marussia a pocas vueltas del final en exactamente el mismo lugar en el que una grúa atendía a un Sauber accidentado previamente. Bianchi impactó con violencia con dicha grúa y más tarde chocó contra las protecciones. A resultas de la colisión sufrió un llamado “daño axonal difuso” por el que su sistema nervioso quedó “desconectado” en relación con su cerebro sin una recuperación fácil. Nueve meses más tarde, ha fallecido y, aunque el dolor de la pérdida es inabarcable, más profundo es el padecimiento de los que lo vieron durante todo este tiempo sin poder hacer nada ni ver una mejoría.
La muerte del piloto ha golpeado fuertemente a la comunidad del automovilismo debido a la popularidad de Jules entre pilotos y equipos. Su carrera deportiva ha estado repleta de vaivenes y ha ido recalando en muchas formaciones en las que ha dejado un enorme buen sabor de boca, tanto por sus capacidades deportivas como por su constante buen humor y positiva animosidad. El propio Luca di Montezemolo, expresidente de Ferrari, ha confirmado que era el llamado a acompañar a Sebastian Vettel como titular el año que viene; tenía un futuro sumamente prometedor y muchos veían en él a un futuro campeón.
La familia de María de Villota, sigue adelante
Si por una parte el sufrimiento del propio Bianchi y su familia es el más remarcable de todos, no escapa que los dos últimos fallecidos en la Fórmula 1 desde 1994 -la desaparición de Ayrton Senna-, han sido corriendo para el mismo equipo: Marussia. John Booth, el director de la formación se ha dolido públicamente de ambas pérdidas mostrando un pesar genuino pero ha de saberse que Jules corría cedido por Ferrari, tenedor de los derechos deportivos del joven. Si en el caso de María de Villota -la última piloto de la categoría que perdió la vida a bordo de un F1-, las responsabilidades aún penden de una decisión de su familia que tantea la posibilidad de arremeter legalmente contra la escudería, en el caso de Bianchi todo parece aclarado. Si en un principio su padre solicitó que se aclarasen y determinasen culpabilidades y responsabilidades, no se ha vuelto a hablar de este tema, se ha llevado con la mayor de las discreciones y de manera muy alejada de los focos.
El automovilismo en general y más particularmente la Fórmula 1 es un deporte intrínsecamente peligroso. Aunque los riesgos están muy medidos y se trabaja a diario para mejorar y reducirlos, resulta inevitable eliminarlos al 100%. A pesar de ello la GPDA -Asociación de Pilotos de Gran Premio-, pide en todos y cada una de sus reuniones una mejora constante y visible de los elementos de seguridad externos a los propios coches. En ambos accidentes, la responsabilidad no parece recaer sobre el monoplaza ni sobre los pilotos, sino más bien en los procedimientos de trabajo y organizativos de las carreras.
Gran homenaje a Bianchi en el próximo Gran Premio de Hungría
Si en el caso de María de Villota todo quedó bastante claro que se trató de una concatenación de elementos y una praxis deficiente por parte del equipo a la hora de organizar su test, en el caso de Bianchi se han desarrollado procedimientos de seguridad ideados para evitar en lo posible una situación parecida. Desde entonces se ha incrementado la seguridad alrededor del puesto del conductor en los monoplazas y se ha impuesto la normativa del llamado Safety Car Virtual. El encargado de esto es la FIA (Federación Internacional de Automovilismo), que se ha mostrado siempre receptiva y enormemente preocupada por el doloroso incidente. Otra cosa es la actitud de FOM, organizador del campeonato, que condenó a un triste box y alejado de las cámaras al pequeño y sentido acto que los pilotos quisieron celebrar en homenaje a María de Villota. No siendo una piloto titular ni inscrita en el campeonato, Fórmula One Management no quiso dar mucha publicidad al tema. Nadie quiere ver repetido esta vergonzante y desconsiderada escena en el próximo Gran Premio de Hungría, donde Jules estará muy presente en la mente de todos y con toda seguridad habrá algún tipo de acto público en homenaje al piloto desaparecido.
Antes de esta carrera tendrá lugar el funeral por su descanso en la Catedral de Niza, concretamente el martes 21 a las diez de la mañana, a la que acudirá prácticamente toda la parrilla que el domingo siguiente tome la salida en la carrera de Hungría. Descanse en paz.
José M. Zapico
@VirutasF1
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