EN BUSCA DE LA VARIEDAD DE NEUMÁTICOS
El neumático blando no funcionó como se esperaba. El duro fue sistemáticamente descartado. Los equipos siguen con problemas para poder jugar con las gomas.
POR SERGIO MARTÍNEZ 29 ABRIL 2019
Pirelli se vanagloriaba antes del comienzo del Gran Premio de haber construido un neumático sin problemas de blistering. Mario Isola se mostraba tremendamente satisfecho, si bien confesaba una pequeña pega, como es la mayor dificultad de meter los neumáticos en la ventana de trabajo adecuada.
Lo que Isola confesaba con la boca pequeña es realmente un problema que trae de cabeza a los equipos, cuyo mayor exponente en estos momentos es Haas, incapaz de no hundirse sistemáticamente a lo largo de la carrera a pesar de lograr una digna clasificación en la jornada del sábado.
El circuito de Bakú, con la particularidad del asfalto típico de una ciudad y de unas larguísimas rectas que no ayudan a mantener la temperatura del neumático, puso a prueba a los equipos, especialmente tras perderse la totalidad de los primeros entrenamientos libres y tener una segunda sesión también condicionada.
Y lo cierto es que el neumático medio fue un gran neumático, capaz aparentemente incluso de durar toda la carrera, a la vista de las 38 vueltas que completó Gasly. No así el blando, cuyo rendimiento fue irregular y el desgaste extremadamente acusado. Los tiempos de Leclerc revelaron que ni al final de carrera parecía una goma idónea para esta carrera.
El duro, y hay que remontarse muy lejos para encontrar una carrera en la que haya sucedido lo mismo, no fue montado por ningún piloto, ni siquiera por los que necesitaron una estrategia externa o necesitaron de una temprana parada por el motivo que fuese. Cero neumáticos duros montados durante toda una carrera que sobre todo denota una mala elección de Pirelli, que volvió a pecar de conservador, algo que bien podría convertirse en el lema de la marca, llevando su gama media de neumáticos, del C2 al C4, y olvidándose del C1, que quizás en este circuito hubiera dado cierto juego.
Resta ver cómo se comportan los neumáticos en circuitos venideros, pero de momento, sigue teniendo excesivo protagonismo, siendo en la actualidad pieza clave en el rendimiento. El que consigue hacer trabajar los neumáticos, es el que se lleva el gato al agua. Quizás demasiado para un campeonato monomarca y sin apenas test.
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