HA MEJORADO EL R28 POR ENCIMA DE SUS POSIBILIDADES
Fernando Alonso se trae a Renault las ideas de McLaren
MARCO CANSECO. Madrid El salto está conseguido. Alonso lo ha logrado de nuevo, como hizo el año pasado en McLaren. Es cierto que nuestros paladares, acostumbrados durante años al mejor ibérico, no acaban de apreciar la dimensión real de lo que Fernando ha logrado desde que fichó el pasado mes de diciembre por Renault. De haberse tratado de un equipo como BMW, por ejemplo, ya sería un coche ganador.
Ésa es la gran virtud de Alonso, su capacidad de hacer progresar a un coche y a un equipo por encima de sus posibilidades reales. Antes del Gran Premio de España preguntaban al piloto asturiano por la mejora que esperaba en el R28. "No lo sé, es difícil hacer un cálculo ahora, sobre todo porque no hemos introducido todavía las piezas o las mejoras que yo creo que van a dar un cambio grande al coche, lo que yo he podido sugerir cuando llegué a Renault en diciembre. Van a estar listas en los últimos tests de febrero o en la segunda o tercera carrera van a llegar también nuevas piezas y ojalá que también pueda decir que han sido unas cuantas décimas", había anunciado.
Después de dos carreras se ha comprobado ya que son un buen puñado. Oscilan entre las seis y ocho décimas que en 2007 le pudo inyectar al MP4-22 de McLaren, que lo convirtieron en el mejor coche durante buena parte del año y con el que no le dejaron ganar el Mundial por elegir a Hamilton. "Alonso es un piloto muy muy competitivo, un gran piloto. Es cierto que su llegada nos ha aportado mucho", reconocía Martin Withmarsh, máximo responsable técnico de McLaren el año pasado.
Una memoria prodigiosa
La misma opinión tienen hoy en Renault. Desde su llegada a la escudería francesa, Fernando ha mantenido numerosas reuniones con los responsables de cada área. En ellas, Alonso ha recordado cada dato, cada detalle, cada cifra y cada elemento que conocía de su etapa de McLaren, información que en Enstone se podía aprovechar para readaptarla al R28 y hacerlo más competitivo.
Alguien muy cercano al piloto comenta: "La memoria de Fernando es prodigiosa. No le cuesta quedarse con cada cifra, cotas de flexión, presión, reparto de pesos, rendimientos, temperaturas... Le gusta y lo recuerda todo, siempre fue así". No hace falta que comente esta persona la implicación de Fernando en el trabajo del coche. No hay más que recordar los emails que intercambiaba con Pedro de la Rosa y que fueron descubiertos con el caso del espionaje. Ambos pilotos intercambiaban información muy técnica de lo que pensaban que hacía Ferrari para querer hacer mejorar su coche. Eso no es espionaje, como algunos indocumentados afirmaron. Ellos no robaron la información, pero intentaban aplicarla, lo cual no es otra cosa que profesionalidad.
Tampoco es espionaje lo que está haciendo Fernando, sino tratar de mejorar los puntos débiles de su actual coche orientando a sus ingenieros con información que conoce. Salvando las distancias, es algo similar a lo que sucedió cuando Red Bull fichó a Adrian Newey, diseñador jefe de McLaren. Al final, su primer monoplaza con los austriacos era casi idéntico al que había realizado el año anterior en Woking. Pero, claro, no se puede lavar el cerebro de una persona cuando cambia de equipo.
El proceso continúa en Renault y para después del regreso de Canadá habrá elementos nuevos de suspensión y aerodinámica. El amortiguador de inercias trasero es la prioridad, así como ese déficit de caballos del motor. No así para Mónaco, dentro de 15 días, aunque Fernando habla mucho de la carrera del Principado.
Mónaco, para los grandes
"Para Mónaco no hay previsto nada, pero en Mónaco es siempre difícil de calibrar el coche, de que una mejora allí se note, el circuito es demasiado especial como para ver una mejora buena. Es más, allí lo mejor son unos buenos reglajes, que son un poco especiales comparados con otro circuito y tener un buen fin de semana. Ojalá sea así", comentaba el asturiano tras la carrera de Turquía.
Respecto a un cambio radical de panorama, las dudas todavía son altas. "Siempre que llegamos a Mónaco tenemos esa idea o todos pensamos que Mónaco es tan diferente que pueden pasar muchas cosas y luego en Mónaco siempre gana un McLaren o un Ferrari. Se ven menos sorpresas de las que parecen", concluye.
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