Todavía quedan dos días para la visita del equipo Renault (aun sin jefe de equipo) a los despachos de la FIA para aclarar lo que pasó hace casi un año en el GP de Singapur 2008.
El 26 de este mismo mes hará un año que pasó. Alonso entrando el primero, con una estrategia super arriesgada. Por un momento pensé que su jefe de equipo no era Flavio Briatore, si no Ross Brawn (que es experto en estrategias sorprendentes) y que el equipo Renault por una vez no había sido ese equipo conservador que se dedicaba a cargar sus coches hasta los topes. No, en ese mismo momento Alonso iba descargado, y con claras opciones de perder posiciones, a no ser que pasara “algo”.
Pero entonces sucedió. Nelson Piquet, el piloto más irregular de toda la parrilla, estrellaba su R28 contra las protecciones del circuito urbano a más de doscientos kilómetros por hora, ocasionando que entrara el Safety car. Flavio y Pat, desde el box, con cara de poker. La amargura del “leñazo” de Piquet se había convertido en la dulzura de un posible nuevo podio. Entonces mi padre, compañero habitual de sofá en las carreras, me dice lo que rondaba la cabeza de todos los Alonsistas “Este se ha estrellado aposta…”
Claro, en ese mismo momento, y viendo la situación de carrera con un Fernando Alonso virtualmente ganador, te paras a pensar en la posibilidad de una orden de equipo a Nelson. Una parte de la cabeza te dice que si, que ha sido aposta y que el equipo Renault lo tenía todo controlado. Pero el corazón te dicta otra cosa… ¡¡Que ostias!! Es Flavio, el mejor jefe de equipo, el que “enseñó” al mejor piloto de la historia, el que nos demostró que un piloto español también puede ganar, y el que nos puso la cara más glamourosa de este deporte. ¿Como iba a hacer algo así?
Poco a poco se fue estabilizando la carrera. Los que habían entrado en boxes a repostar con el Safety en pista fueron sancionados, los que llevaban gasolina de mechero también fueron entrando… y así Fernando Alonso, bicampeón del mundo era el líder de la carrera… ¡¡¿¿Quién lo hubiera dicho??!!
Las casas de apuesta no eran las únicas que se estaban volviendo locas, la mía propia era un ir y venir de gritos, saltos, llamadas… y te podías resbalar de la adrenalina que había por todo el salón.
Sin duda alguna fue uno de los mejores Grandes Premios, teníamos tanta rabia que soltar… que no nos quedaba tiempo para acordarnos de como había ganado Fernando. Pero el piloto español fue el encargado de recordárnoslo. Cuando Flavio fue a felicitar a Alonso en el saloncito donde los pilotos se pesan y descansan un poco antes de subir al podio el piloto le dijo en inglés “Ha sido gracias al Safety Car”
Al empresario italiano se le volvió a quedar cara de poker, pero siguió disfrutando junto con todo el equipo de la fiesta. Una noche de locura por las calles de Singapur a cargo de Renault. Y todo gracias a un piloto que nos había devuelto la esperanza, alguien que nos demostró que en los malos momentos de un deportista tambien se pueden sacar alegrías.
Un año después las sensaciones no son las mismas. Llegamos a Singapur al mismo tiempo que lo haciamos el año pasado, pero con un cambio radical. Se está demostrando que la cabeza puede a veces con el corazón, y que las apariencias muchas veces engañan. Renault posiblemente se enfrenté a la multa más alta de la historia de este deporte, más incluso que la de McLaren en 2007. Y es posible que el equipo sea expulsado de las cuatro carreras que quedan.
Puede ser el final del equipo Renault en la F1… o solo un punto y aparte. Briatore está trabajando en un proyecto para el año que viene, no se sabe si con la casa Renault o en solitario, pero el hombre de las gafas azules volverá si la salud y el dinero no flojean, eso tenedlo seguro.
La verdad es que a dos días de la vista nadie sabe lo que puede pasar. Yo creo que Renault no puede ser expulsada, ya que las setecientas personas que se quedarían en la calle no tienen que pagar el plato roto de otros… por otra parte los motores Renault también suministran a la GP2 y al equipo Red Bull, por lo que no puede irse de este mundillo, al menos como suministradora de motores.
Lo más normal será una sanción económica y la sanción a Briatore y a Symonds de no pisar el mundillo durante un par de años. Sobre la multa decir que lo más seguro es que sea durísima. La de McLaren fue de cien millones de dolares (aunque al final se quedo en unos veinte o treinta por disculpas oficiales de Ron y ayudas varias a la FIA) y eso que fue algo menos grave. No es lo mismo espiar a otro equipo que mandar a un piloto que se estrelle… ¡Ni punto de comparación!
Por lo de Briatore, si no pisa el mundillo trabajará desde la fábrica, pero no os preocupéis porque él seguirá.
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