Bueno, pues resulta que hoy he visto uno aparcado en el Carrefour y aunque he de reconocer que no me ha gustado demasiado su línea, su nombre sobre el escudo me ha recordado con su inconfundible fondo azul que estaba ante la evolución de algún que otro"pata negra..."
Hay va un pequeño recordatorio, aunque sólo sea un vil e indecoroso “copia-pega”, de la historia de Don Vincenzo…
Nace el 24 de agosto de 1881 en Fobello, en Val Sesia. Su padre hace fortuna en la industria de las conservas. Gracias a las buenas condiciones económicas la familia transcurre el verano en la casa de Fobello y el resto del año en Turín, en la propia casa de la avenida de Vittorio Emanuele. El padre ha pensado un futuro para cada uno de sus cuatro hijos: Giovanni, Arturo, Maria y Vincenzo, llamado afectuosamente Censin. Este último se haría abogado. En la escuela, sin embargo, Censin es un desastre. Despierto, tal vez demasiado, pero no se esfuerza. Es distraído, desganado. Contra su voluntad, el padre debe renunciar a la idea de transformarlo en un abogado. Así a los doce años lo manda a un colegio, con la intención de que al menos obtenga el diploma de contable.
Lo que distrae al joven Vincenzo del estudio es el taller que los hermanos Ceirano han abierto en el patio de la casa paterna. Allí construyen bicicletas que venden con la marca Welleyes porque los nombres ingleses tienen mayor eco en el público. Censin frecuenta el local de los Ceirano y en seguida se convierte en un excelente mecánico.
Cuando luego los dos hermanos comienzan a trabajar en los primeros automóviles, el muchacho se ve fascinado por los motores. Se escapa del colegio para, con el permiso paterno conseguido a regañadientes, trabajar en el taller de los Ceirano.
Es contratado como contable (según parece a instancias del padre, que considera la tarea más digna que la de mecánico), pero más que de la contabilidad, se ocupa de los motores a reparar.
En 1899, una vez encontrada financiación, los hermanos Ceirano comienzan a producir un coche proyectado por el ingeniero Aristide Faccioli. El automóvil Welleyes tiene un gran éxito, pero los Ceirano no pueden afrontar las órdenes de producción.
En julio aceptan la oferta de Giovanni Agnelli y ceden por 30.000 liras todas las instalaciones y patentes del Welleyes, del cual derivará poco tiempo después en el Fiat 3,5 HP. Vincenzo que tiene 18 años y el coetáneo Felice Nazzaro, que se había incorporado recientemente a la empresa, son contratados por Fiat como controladores.
En los primeros años de vida, Fiat participa intensamente en las competencias. Al volante de los coches: Vincenzo y Nazzaro. Este último es un "estilista" del volante. Vincenzo en cambio tiene una conducción impetuosa, y es incluso más rápido, pero cuando no se ve envuelto en alguna desaventura mecánica.
Vincenzo, meticuloso y exigente en el trabajo, fuera se hace alegre y jovial. Grande y robusto desde pequeño, al llegar a adulto se transforma en un hombre con la pasión por la buena mesa, las copas con los amigos y la ópera. Gran conocedor de la música, ama en particular a Wagner.
En 1906 se hace constructor y, con su amigo Claudio Fogolin el 29 de noviembre del mismo año, funda la marca que lleva aún hoy en día su histórico apellido.
En 1922, cuando es ya un exitoso industrial, se casa con su secretaria, Adele Miglietti, con la cual tendrá tres hijos: Anna Maria, Gianni y Eleonora. Vincenzo continúa manejando en primera persona el desarrollo de los nuevos modelos, a menudo participando directamente en las pruebas.
La muerte le llega prematura el 15 de febrero de 1937 con apenas 56 años. Durante la noche es víctima de un ataque al corazón. Espera que se trate de un malestar pasajero y no quiere despertar a su mujer. A las siete de la mañana hace llamar al médico de la familia, que acude inmediatamente. Sin embargo ya no hay nada que hacer…
Muere, inesperadamente, uno de los hombres a los cuales se deben algunas de las páginas más importantes de la historia del automóvil. Intuición, originalidad y coraje son los distintivos que marcan su labor de constructor. No por nada su testamento espiritual es un coche: Aprilia (no os despistéis, no va de motos...)
El modelo, que parece sumar la tradición de la empresa y la virtud del hombre, es recibido en un primer momento con escepticismo y con cierto estupor. La línea parece demasiado audaz y la técnica demasiado innovadora. Es necesario esperar un tiempo para que este modelo se transforme en rey de la calle: impactante, sumamente estable, con un estilo increíblemente moderno y apreciado por todos. Sólo la genialidad de Vincenzo había previsto todo esto.
De ahí en adelante, ya es historia... coches y algún que otro "pata negra"... cada vez que escucho el apellido de Don Vincenzo la palabra "rallye" se me viene a la cabeza casi sin querer, y si fuese un abuelete seguro que las palabras "F1" también, Ascari podría dar buena fe de ello...
El balance de la marca: seis títulos mundiales de marcas consecutivos, cinco mundiales de pilotos, 46 victorias absolutas en 66 participaciones en campeonatos mundiales, casi ná…
Gracias Don Vincenzo y, a los despistados que aún no se han enterado de quién estoy hablando, os dejo una pista en la fuente.
Disculpad por el tocho, hoy desafortunadamente para algunos no ando muy liado... es lo que tiene
Fuente: http://www.lancia.es (apartado de Historia)