En el libro "Fangio, cuando el hombre es más que el mito" escrito por el periodista Roberto Carozzo con la colaboración del mismo Don Juan Manuel hay una anécdota que Fangio cuenta del Gran Premio de Italia de 1953. Sus Palabras:
"Para esa carrera me habían llevado un coche un poco más potente, al menos eso esperaban. Le habían puesto carburadores más grandes y otras modificaciones. Pero cuando llegaba a las 7000/7500 vueltas mi coche empezaba a vibrar completamente. Los mecánicos comenzaron a hacer pruebas de todas formas: cambiar ruedas, equilibrarlas, revisar transmisión. La cuestión es que terminan las pruebas del sábado y posiblemente por un problema que era del motor el coche seguía vibrando. Le dije a Guerino Bertocchi, el mecánico jefe del equipo, que vibrando así no iba a aguantar:
- Vai tranquilo, me dice, domani non ce piú la vibrazione.
- Bueno, me dije, estos van a trabajar toda la noche, seguro.
Al otro día largo la carrera. Mi coche no tenía vibración. Y gano en la última vuelta. Pero me encuentro con Bonetto, que era uno de mis compañeros de equipo, y me dice que de casualidad no había perdido los dientes con la vibración que, extrañamente, había aparecido en su auto.
- Non era la tua machina, le dije, era la mía...
Enseguida entendió lo que quería decir y empezó a reir... Bertocchi y los mecánicos, quizá se dieron cuenta de que yo podía ganar, entonces me dieron el auto que era de mi compañero de equipo. Los autos eran iguales. Se ve que en la noche solucionaron el problema cambiando el número de los coches. Eso demuestra que las carreras no las gana solamente el piloto, sino también la gente que está alrededor. El piloto es una pieza más del auto, igual que la gente que trabaja en ellos."
Esta anécdota nos demuestra que este asunto del primer piloto que se beneficia en detrimento de su compañero no es algo nuevo, sino por el contrario, siempre fué así.
Aquí les pongo una imágen de Felice Bonetto, la "víctima" de esta historia.