Stefan Johansson no ha pasado a la historia por sus triunfos en Fórmula 1 ni por alguna cualidad característica de su pilotaje. El corredor sueco ostenta un logro peculiar que nadie le podrá quitar nunca jamás: haber sido el primer conductor nórdico que ha manejado uno de los coches de Ferrari en la categoría reina. Por si esto fuera poco, también tuvo entre sus manos el McLaren de 1987.
Fernando Alonso suele reiterar la importancia que supone para cualquier piloto de la parrilla conducir alguna vez en su trayectoria uno de los monoplaza de Ferrari, ya que hace permanecer durante más tiempo en la memoria de los aficionados. Del protagonista que nos ocupa hoy día, es justo afirmar que no se encuentra en los libros de oro del automovilismo por sus triunfos, pero ostenta un peculiar logro que nadie le podrá arrebatar: haber sido el primer nórdico en correr para la escudería de “Il cavallino rampante”. Esa es la singularidad exclusiva de Stefan Johansson, cuya carrera deportiva da en parte la razón a las palabras repetidas en varias ocasiones por el piloto español.
Este sueco, nacido el 8 de septiembre de 1956 en la localidad de Växjö, se inició en el karting, como la mayoría de sus compañeros de trabajo. No fue hasta los 20 años cuando dio el paso a los monoplazas. Hasta 1984, Johansson estuvo compitiendo en Fórmula 3 y Fórmula 2, realizando apariciones esporádicas en F1 con los equipos Shadow, Spirit y Tyrrell, pero en las cuales no consiguió brillar excesivamente. Pero, a finales de dicha campaña, tres carreras con Toleman, entre las que brilló un cuarto puesto en Italia, le sirvieron para asegurarse un puesto en Tyrrell de cara a 1985. Bien es cierto que apenas conocería esta formación en esa temporada, ya que para el segundo Gran Premio ya recalaría en las filas de Ferrari, el mayor avance de su trayectoria. A partir de la cita de la cita de Portugal, Stefan iniciaría dos de sus mejores años.
En su primer curso, el sueco destacó especialmente en la gira americana, con dos segundos puesto en Canadá y Detroit. El resto del ejercicio estuvo regularmente por detrás de su vecino de box, Michele Alboreto. Así pues, mientras que su compañero italiano finalizó subcampeón del mundo, el nórdico recién llegado a la formación italiana, se tuvo que conformar con la séptima plaza final. Para 1986, la situación mejoró levemente. Si bien es cierto que tanto Johansson como Alboreto acumularon muchos abandonos, el sueco batió en la general a su compañero tras sumar cuatro terceros puestos, acabando quinto en la tabla.
Ya en 1987, Johansson recaló en McLaren como compañero de Alain Prost, en una temporada donde el equipo de Woking no tuvo opción de luchar por el mundial. Johansson no lo hizo del todo mal, acabando sexto, con otros cuatro podios más, y a 16 puntos del piloto francés. No obstante, la llegada de Ayrton Senna hizo inevitable la marcha Stefan de la escudería británica. Su destino fue Ligier, en donde no se clasificó para la mitad de las carreras, en lo que resultó un año decepcionante. No tardó en aprovechar que acababa la campaña de 1988 para entrar a formar parte del equipo Onyx en 1989, año de su última temporada completa en el campeonato. La tónica fue similar a la del año anterior, pero un sorprendente podio en el GP de Portugal endulzó un curso lleno de dificultades. Tras este, el compatriota de Ronnie Peterson disputó, sin llegar a clasificarse, diversas citas con Onyx, AGS y Footwork hasta 1991.
Una vez retirado de la F1, logró un gran triunfo en las 24 horas de Le Mans en 1997, además de adjudicarse las 12 horas de Sebring por segunda vez tras su primera victoria en 1984. Fuera del gran circo, esos fueron los mayores momentos de esplendor de un sueco, que es, y será siempre, el primero nórdico que pilotó un Ferrari en el mundial.
http://www.caranddriverthef1.com/formul ... -johansson
