Fue uno de esos días que no olvidas jamás. Ocurrió justo al límite de irnos al GP de Canadá del pasado año. Incluso aparte de haber tenido el privilegio de haber podido vivir el “Feel-It-Day”, un día de lujo que prepara una división del equipo Renault F1 para los aficionados que pueden pagárselo, o para las empresas que quieran invitar a un selecto grupo de gente. Al final, nos dieron un vídeo y os los muestro. Contiene imágenes del día anterior, de los momentos y pruebas previas, y de la cámara a bordo de las vueltas en el F1.
Fueron un par de días de actividad frenética. Primero, volamos a Marsella, de allí un hotel ubicado en una isla (espectacular) cena con el equipo que nos preparaba la prueba del día siguiente. A la mañana del otro día, helicóptero hasta el circuito. Ni la Cenicienta.
Una vez llegados al Paul Ricard, los briefings. Mucha charla previniéndote de posibles sustos. Lo primero que te dejan probar es un F-Renault, con el que dimos once vueltas en cada tanda. Entre ellas, vimos la telemetría y mejoramos mucho. La verdad, me lo pasé muy bien arriba del F-Renault, y disfruté mucho. Pero quedamos lejos de cualquier piloto profesional, por supuesto.
Una vez hecha una sesión de masajes para prepararnos para las fuerzas G, ligera comida y…a pista con el F1. El monoplaza, pintado con los colores del Renault de 2008, era en realidad un Prost del año 2001, con un motor Cosworth de 700 caballos. Tenía cambio en el volante, aunque llevaba pedal de embrague. La consigna con el F1 era dar solamente una vuelta y media, y en uno estaba aprovecharla lo mejor posible.
Lo que rodé en el F1 está grabado de forma íntegra. Podéis ver varias cosas: la primera es que en la primera pasada en pleno por la recta de meta he acelerado a fondo en todas las marchas. La segunda, que el viento impide oír bien al motor, y me molestaba mucho a alta velocidad, desviándome el casco hacia un lado y hacia el otro. (también me pasaba en el F-Renault debido a la altura)
La experiencia fue grandiosa. Lo que mas me impresionó fue la frenada, más que la aceleración. Las fuerzas G las notas allí mucho, porque para saber como son las laterales de verdad, hay que sacarle mucho el jugo al coche. Me desconcentraba un poco algo que sucedía cuando llegaba a ciertas curvas y comenzaba a rebajar marchas: el coche, al no ir a tan altas revoluciones como debiera, pegaba unos tirones no muy agradables. Supongo que con práctica todo se va haciendo más sencillo…pero allí había que probar mucho.
Podría escribiros muchísimas cosas acerca de aquél día. Pero prefiero que veáis el video y luego, contestaré a los comentarios sobre las cosas que preguntéis. Estoy seguro de que habrá muchas preguntas vuestras.
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