Pensé que había posteado esta nota aquí en el foro... pero no, así que allí va:
El día que el porno soft llegó a la F1
Penthouse se convirtió en el primer y único título de revistas porno que sponsoreó a un equipo. Aquí la historia…
Cuando Hesketh Racing dijo que todo sería revelado en Londres, durante el lanzamiento del nuevo contrato de publicidad en mayo de 1976, no estaba bromeando.
Debajo de los cobertores y entre la muchedumbre, furtivo y seductor estaba el último auto del equipo que llevaba una “mascota” humana a escala real de Penthouse esmaltada en su trompa, como si hubiera sido sacada de las páginas de una de las revistas porno soft más vendidas del mundo. Por recato, estaba vestida con un atrevido trajecito de mucama, aunque hay que decirlo, más cercano a Benny Hill que a Fanny Hill.
El responsable de llevar a la F1 de las tiras de contención a las tiras de un portaligas era Guy Edwards. El que alguna vez había sido piloto de la Fórmula 5000 y autos sport estaba construyendo su reputación como una especie de gurú que atraía sponsors. Había encontrado suficiente dinero al comprar las acciones durante la gran época de 1974 con el equipo Embassy Racing de Graham Hill, pero no logró brillar en una temporada reducida por la fractura de una de sus muñecas (de la mano aclaro, no de Penthouse).
Durante su obligado receso sondeó a Penthouse para que invirtiera en su próximo negocio en la F1. Peter Goldsmith, el publisher de la versión inglesa de la revista, se mostró interesado pero no tenía presupuesto. Lo que si podía ofrecerle eran espacios de publicidad en la revista. Edwards, más rápido orador que piloto, le hizo una contraoferta. Como también estaba negociando con la compañía de papel de cigarrillos Rizla, quizás podía ofrecerles avisos gratis en una revista de distribución global, como también presencia en el auto. Rizla compró pronto la idea y Penthouse se convirtió en el primer, y por lejos, único sponsor porno soft de la F1. El auto atrajo por igual la atención de fans y medios haciendo, como hizo, una placentera compensación de los ubicuos paquetes de cigarrillos que habían dominado la escena desde que Lotus desembarcó en 1968 con Gold Leaf, primer sponsor de este deporte.
Guy Edwards, bien acompañado, en la presentación del nuevo auto en 1976
En estos tiempos más políticamente ¿correctos? es difícil imaginar a las más grandes corporaciones de la F1 sintiéndose cómodas al alinearse cerca de un proveedor de material para adultos pero, en ese momento, el aporte de Penthouse consistió más en una diversión ligera para el paddock que otra cosa. Sin embargo, la alianza no resultó. Hesketh quedó disminuido luego del retiro de su propietario, Lord Alexander Hesketh, y del diseñador Harvey Postlethwaite que se marchó a Wolf. El 308D fue una sombra de su antecesor, el 308C, el cual en 1975 había llevado a James Hunt a conseguir un brillante cuarto puesto en el campeonato. Además Edwars no era Hunt… De los seis GP en los que participó, a duras penas arañó el fondo de la grilla en cuatro. En ese año podría haber quedado en la más absoluta de las oscuridades de no ser por el acto de coraje que tuvo en el GP de Alemania, en Nürburgring, cuando se incendió la Ferrari de Niki Lauda. Él fue uno de los primeros en llegar a la escena y enfrentó ese infierno para ayudar a Lauda a salir de los restos del auto. Por su acción recibió la orden Queen’s Gallantry Medal.
Edwards en el GP de Italia 1976
Edwards dejó el equipo antes de que finalizara el año. En 1977 su butaca fue tomada por Rupert Keegan, fresco en su exitosa campaña por el título en la F3 británica. Para su crédito, el piloto de 22 años clasificó en la totalidad de las 12 carreras en que participó, pero en Penthouse habían quedado desilusionados por su permanente presencia en el fondo de la grilla, así que dejaron las pistas para volver a un territorio más familiar… el escaparate jaja.
Rupert Keegan en el GP de España de 1977
Keegan cumpliendo "obligaciones" contractuales ¡¡que sacrificio!!
Espero que les haya gustado. Saludos, Ale.