Las tan denostadas faldillas tenían un lado bueno, muy bueno, al menos para los pilotos: el apoyo aerodinámico en curva era tan grande que se podian sacrificar un poco las suspensiones dándoles bastante recorrido sin perder demasiada eficacia. Eso hacía que los coches se ladearan, y así se descargaba un poco a los pilotos del tremendo esfuerzo necesario para contrarestar la fuerza
g. No obstante, mantener el fondo del coche en curva todo él a la misma altura (es decir, con el menor recorrido posible de las suspensiones) mejoraba las prestaciones aerodinámicas, y de ese modo se pensaron los "coches ala integrales", los Lotus 80 y el Arrows A2.
Nótese cómo se inclinan los coches sobre las suspensiones, aliviando un poco al piloto.
Cuando se prohibieron las faldillas, las suspensiones se hicieron hiper-rígidas para mantener las condiciones de los flujos de aire en torno al coche lo más constantes posible, y con ello llegó el un mayor agotamiento de los pilotos. Patrese y Piquet se desvanecieron en Brasil un año después de la eliminación de las faldillas, en gran parte por el sobreesfuerzo. ¿Habría sido un coche-ventilador modificado de alguna manera una solución a este problema?
Alfa Romeo 179 de 1982, sin faldillas y con suspensiones rígidas. Nótese que el coche no bascula: la altura del coche respecto al suelo es más homogénea que en un coche-ala.