A sus 42 años, convertido en una leyenda, este fenómeno alemán aún se siente competitivo en Mercedes. Por talento no se ve inferior a Hamilton o Vettel, por ejemplo, y sostiene que el único examen de un piloto debe ser con su compañero de equipo
La temporada pasada, Michael Schumacher (Alemania, 42 años) zarandeó tanto el mundo del deporte cuando Mercedes anunció su vuelta a la F-1 que incluso dejó en un segundo plano la llegada de Fernando Alonso a Ferrari. Un año y medio después de aquello, Schumi repasa con EL PAÍS su trayectoria, desde la rutilante ristra de títulos que acumuló con Ferrari (cinco), a las angustias que vive estos días con Mercedes.
Fernando Alonso renueva con Ferrari hasta 2016
Michael Schumacher
A FONDO
Nacimiento: 03-01-1969Lugar:Huerth HermuelheimLa noticia en otros webs
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"Probablemente soy peor piloto que años atrás, pero yo no lo noto"
"Si volviera a Ferrari con la estructura de 2002, sin duda que tendríamos éxitos"
"Senna tuvo varios accidentes por cansancio; los pilotos de hoy no se cansan"
"¿Cómo pueden criticarme los que ya no corren y ven las carreras por la tele?"
Pregunta. ¿Qué fue lo que más le costó cuando volvió a subirse a un F-1 después de tres años?
Respuesta. No llegué a entender cómo trabajaban los neumáticos Bridgestone, especialmente en las cronometradas. Pero tampoco soy capaz de explicar por qué no pude adaptarme; en cuanto probé los Pirelli noté que todo volvía a su sitio.
P. Tener tantas dificultades para hacerse a un elemento nuevo no ha sido habitual en usted.
R. Es verdad, normalmente no ha sido así, pero esos neumáticos eran muy especiales. He hecho muchos test en mi vida y nunca me encontré nada parecido.
P. ¿Se llegó a plantear que el problema podía ser usted?
R. ¡Es que el problema era yo! Los demás no pasaban tantos apuros y también los usaban. La falta de entrenamientos tampoco me ayudó.
P. ¿Se ha arrepentido de su regreso?
R. No, nunca. Aún siento la pasión por la competición, por las carreras, por luchar, aún lo llevo dentro. Además, en mi caso, los momentos difíciles se transforman en un estímulo extra.
P. Entonces, nunca ha dudado de su capacidad.
R. Jamás. Más que nada, porque cuando estás metido en algo como esto
[señala al hospitality de Mercedes que le rodea] y sabes lo que ocurre dentro, todos los detalles, qué estás haciendo y cuál es tu papel, todo es más fácil. Evidentemente, en las cronometradas, la mayor parte de las veces terminé por detrás de Nico [Rosberg, su compañero], pero los domingos también ha ocurrido lo contrario.
P. Ha cumplido 42 años. ¿Tiene que torturar su cuerpo para mantener la forma?
R. No, para nada. Trabajar duro sí, pero siempre he estado habituado a ello. Si te fijas en lo que marcan las pantallas te darás cuenta de que el tiempo por vuelta es más lento que el de años atrás, y eso hace que conducir no sea tan duro. En cuanto a exigencia técnica, de consistencia y de concentración, es exactamente igual, pero tampoco me supone ningún problema. Malasia es la carrera más dura del año y esta vez ha sido una de las más fáciles que recuerdo a nivel físico.
P. ¿El Michael Schumacher de hoy en día sería capaz de acumular la racha de éxitos que obtuvo con Ferrari?
R. Si estuviéramos en 2002, con esa estructura, sí, sin ningún tipo de dudas. Éramos muy fuertes y la superioridad técnica que teníamos respecto a los demás era evidente. Ahora bien, si la pregunta es si soy tan buen piloto como lo era entonces, creo que la respuesta probablemente sería no. Pero, ¿cuán distinto soy? ¿Cuánto puedo compensar eso con la experiencia que acumulo? Eso es difícil de calibrar.
P. ¿Significa eso que con los años ha perdido cualidades?
R. No estoy seguro. Si te fijas en el desarrollo normal de una persona que se hace mayor, debería ser así. Pero yo no lo noto porque cualquier actividad que hago sobre cuatro ruedas me indica que sigo siendo competitivo, siempre voy delante. La mejor manera de definirlo es la siguiente: el éxito que tuve en el pasado se debió, seguramente, a que era una persona excepcional. Probablemente sigo siéndolo si tenemos en cuenta lo que estoy haciendo ahora, con 42 años. Por eso estoy contento y orgulloso de haber vuelto. No creo que muchos puedan hacerlo después de tres años sin correr.
P. De todas formas, la estructura que tenía a su alrededor cuando estaba en Ferrari también era extraordinaria.
R. Por supuesto. El éxito no lo consigue un solo individuo, es una cuestión de equipo. La conexión, el triángulo, como le llamaría yo, entre Jean Todt, Ross Brawn y toda la gente de la escudería; eso fue la clave. Pero, al mismo tiempo, yo también tenía un compañero de equipo y está muy claro lo que conseguí yo y lo que hizo él.
P. Es su segundo año en Mercedes y aún le queda otro de contrato. ¿Cuál es su principal objetivo?
R. Ganar el campeonato, no hay otro.
P. ¿Y cree que aún está a tiempo de volver a conseguirlo?
R. Eso espero. En Australia tenía mucha confianza en que íbamos a poder pelear por ello porque nuestra progresión fue muy buena durante la pretemporada. Luego comprobamos que el pack para las dos primeras carreras no lo era tanto. Ahora el coche vuelve a ser competitivo. De todas formas, hay algo que no todo el mundo tiene presente y es que Mercedes es un equipo pequeño. Aún hay escuderías grandes y nosotros somos una pequeña. La filosofía de Ross
pasa por respetar el futuro de esta disciplina, y eso limita nuestra capacidad de forma evidente.
P. ¿En qué se hace patente esa diferencia?
R. No competimos en igualdad de condiciones debido al nivel de inversión de unos y otros. Si tomas como referencia el número de personas que trabaja aquí y lo comparas, por ejemplo, con las que lo hacen en Red Bull, te darás cuenta de que jugamos en otra liga. En teoría, todo el mundo debería acercarse a nuestro modelo pero no lo hace. Ahora hay que ver quién se adapta: si los grandes vienen a nuestro terreno o nosotros vamos al suyo. De eso depende, en gran medida, el tiempo que uno pueda tardar en triunfar.
P. Según la telemetría, ¿dónde pierde tiempo con Rosberg?
R. El año pasado era en las curvas lentas por mi problema con los neumáticos. Con Pirelli, si pregunta a cualquiera de Mercedes le responderá que voy rápido en todas partes.
P. Pero parece que se le atragantan un poco las cronometradas.
R. Siempre que mi coche ha funcionado bien he salido delante. Cuando el alerón trasero ha fallado, no. La situación es así de sencilla.
P. ¿Le sorprende que Ferrari no haya vuelto a ser el equipo de referencia que fue con usted?
R. En la historia de la F-1 ha habido muchas escuderías que han dominado periodos determinados. Lo excepcional fue que Ferrari lo consiguiera durante tantos años. La vida cambia y nada es para siempre.
P. ¿Pero esperaba que tuvieran tantas dificultades?
R. Yo no creo que lo estén pasando tan mal. Tienen algunos problemas, eso es incontestable, porque esperaban ganar carreras y no lo consiguen. Pero, igual que nosotros pudimos dar un paso adelante importante entre Malasia y China, ellos tienen capacidad para hacerlo.
P. Por su edad, ¿cree que hoy tiene las mismas aptitudes que, por ejemplo, Hamilton o Vettel?
R. Por calidad estoy a su nivel. Si los tiempos por vuelta fueran cinco segundos más bajos, puede que no. Pero con los coches actuales no hay problema. La única comparación que me parece justa es con mi compañero.
P. ¿Qué les dice a aquellos que opinan que con su vuelta ha empañado su leyenda?
R. Es curioso porque, cuando se le hace esa pregunta a cualquiera de los pilotos actuales, su respuesta es que aún tengo lo que se necesita para estar aquí. Pero si quien responde no está en la pista, su punto de vista es distinto. ¿Quién cree que puede juzgarlo mejor?
P. Los expilotos son probablemente los que se han mostrado más duros con usted.
R. Sí, pero, ¿cómo pueden juzgarlo si ya no corren? ¿Quiénes son ellos para valorar eso si la mayoría se dedica a comentar las carreras por televisión? ¿Cuántos detalles tienen sobre lo que pasa realmente?
P. ¿Le importa lo que digan de usted?
R. Evidentemente, prefiero que me halaguen.
P. ¿Cree que ahora las nuevas generaciones de pilotos llegan mucho más preparadas que antes?
R. Por supuesto que sí. Si lo trasladamos a Alemania, en mis tiempos no había estructuras ni lanzaderas como las que se crearon una vez que yo conseguí el éxito. No había programas de desarrollo como los actuales. Todo eso hace que los chicos lleguen ahora rodeados de un ambiente mucho más profesionalizado.
P. ¿Y en cuanto a talento?
R. No, eso no lo creo. James Hunt era extraordinario, lo mismo que Ayrton Senna o muchos otros. Hay una infinidad de ejemplos. Si nos fijamos en Senna, él tuvo varios accidentes debido al cansancio. Ninguno de los jóvenes actuales llega a cansarse ahora durante una carrera porque están mucho más preparados. Además, tienen modelos a los que poder imitar en función de lo que les interese y pueden coger de aquí o de allí. Si mira la telemetría que se maneja ahora, cómo se desarrolla el coche, cómo se compara la conducción de los pilotos, no tiene nada que ver con entonces.
P. ¿Seguirá vinculado a la F-1 cuando se retire finalmente?
R. No lo creo. Me dedicaré a mi familia y a mis hobbies, que tengo muchos.
P. El año que viene expira el Pacto de la Concordia entre los equipos y Bernie Ecclestone para el reparto de los ingresos de explotación del Mundial. ¿Es posible un cambio de modelo?
R. Todos tenemos que dar las gracias a la F-1 por haber llegado hasta aquí y Bernie Ecclestone es el primer responsable. El futuro puede ser distinto, pero aún no está nada claro. Mi experiencia con lo que él ha hecho es buena, pero es complicado gestionar un certamen con tantos extremos que tiran cada uno hacia su lado.
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