Ferrari, atascado en un túnel
La escudería italiana reconoce que la lentitud en el desarrollo del F2012 de Alonso se debe a un fallo en la galería del viento que creía solventado
Si Fernando Alonso permanece al frente de la clasificación del Campeonato del Mundo de F-1 no es por la ventaja que le concede el coche que conduce, sino más bien por la cualidad que mejor le define como competidor: su capacidad para maximizar los recursos de los que dispone. Esta tesis la avala la mayoría de las voces autorizadas del paddock, desde su entorno en Ferrari hasta sus rivales en la pista y también los responsables del resto de las escuderías. Para que los más descreídos terminen de convencerse, Luca Cordero di Montezemolo, el presidente de la compañía de Il Cavallino Rampante, acaba de revelar algo que aún reafirma un poco más el papel del español, que hace algunas carreras que pide a gritos una revitalización del F2012 que no termina de llegar.
“El principal problema tiene que ver con los datos que obtenemos en el túnel del viento, que todavía crean más confusión. Domenicali ha llegado a la conclusión de que lo mejor es cerrar nuestra instalación durante un tiempo y realizar las pruebas en otro sitio para tratar de verificar la información y recalibrarlo todo”, confesaba esta semana Montezemolo en Gazzetta dello Sport, confirmando algo que tanto Alonso como Domenicali habían insinuado de un tiempo a esta parte. En Singapur, Ferrari incorporó a su monoplaza un importante paquete de mejoras que no dieron el resultado esperado y Alonso se quedó el sábado a nueve décimas de segundo de la pole, el síntoma que confirmó el peor de los diagnósticos: el túnel de viento de Maranello vuelve a fallar y, con él, todo el proceso de validación de las piezas que se le colocan al bólido para mejorar sus prestaciones.
"Lo mejor es cerrar la instalación y hacer las pruebas en otro sitio", confiesa Montezemolo
Además de grave, este contratiempo es de lo más inoportuno por todo aquello que hay en juego, a cuatro días del Gran Premio de Japón (domingo, 8.00, Antena 3), a la vez que inesperado porque Ferrari pensaba que había solucionado hace ya meses un problema que arrastraba desde el curso pasado. Al menos, así lo afirmó Alonso en Montmeló, la quinta parada del calendario y la primera del circuito europeo (13 de mayo), respaldado por el buen papel que hizo allí, donde fue segundo, y por los datos que el equipo había podido cruzar después de los entrenamientos que había efectuado pocos días antes en Italia. “Lo que probamos en Mugello cumple las expectativas una vez que lo hemos colocado aquí. A falta del análisis, todo apunta a que los datos que teníamos cuadran con la realidad”, dijo entonces el asturiano. Aquel defecto en la galería del viento que hacía que los números se descuadraran obligó a los ingenieros de los bólidos rojos a utilizar la instalación que Toyota posee en Colonia, algo que se verán obligados a volver a hacer.
Nada más terminar el último Gran Premio de Singapur, en el que fue tercero, Alonso volvió a pedir una reacción de Ferrari, consciente de que los 29 puntos de ventaja que posee sobre Sebastian Vettel pueden ir reduciéndose muy rápidamente porque todavía faltan seis pruebas para el final. “Está claro que el coche debe dar un paso adelante en términos de rendimiento porque no podemos basar nuestras bazas en el infortunio de los demás”, reclamaba hace dos semanas el líder del campeonato.
Domenicali aseguró aquel día que su tropa no pararía de trabajar hasta que pueda ofrecer a Alonso, su principal apuesta, una herramienta a la altura de las mejores: el McLaren y el Red Bull por este orden. “Nuestro objetivo es dar a Fernando un material con el que pueda pelear por ganar. Pero no debemos pasarnos de frenada porque es mejor probar pocas piezas que funcionen que muchas que no lo hagan”, argumentó el ejecutivo, seguramente dejando el terreno preparado para aquello que Montezemolo confirmó unos días después: que el Ferrari sigue atascado en un túnel.
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