Alonso, de rojo de por vida
05 de Aug del 2014
Fernando Alonso está como en casa en Ferrari. La falta de resultados en su quinta temporada en Maranello ha desatado una ola de rumores sobre su posible cambio de aires, pero en realidad el piloto asturiano está negociando con la Scuderia una prórroga de su contrato que le llevaría a hacer realidad su intención manifiesta cuando aterrizó en Italia: acabar su carrera deportiva en la F1 de rojo.
El contrato actual del bicampeón español vence al final del 2016, y su propósito es extenderlo tres años más, hasta el final del 2019, cuando tendría 38 años. De hecho, es lógico que Fernando piense a largo plazo, porque presumiblemente la reorganización puesta en marcha por la nueva dirección de Marco Mattiacci no se traducirá en resultados de peso de la noche a la mañana.
Para culminar su objetivo declarado de conquistar un tercer título mundial -igualando así los tres de Ayrton Senna- y, además, hacerlo vestido de rojo, Alonso va a necesitar tiempo. Años, tal vez. Pero a Ferrari tampoco le va a salir barato. El semanario italiano Autosprint publica hoy que la cifra que se baraja es de 35 millones de euros por temporada, lo que asciende a más de 100 millones para el total del trienio 2017-19.
Una cifra tan mareante que viene a subrayar hasta qué punto Ferrari necesita a Alonso, pero también que el asturiano quiere seguir luciendo la divisa del Cavallino Rampante, a pesar de los pesares. Quiere seguir en Maranello cuando la Scuderia remonte el actual bache técnico. Si se marcha a la finalización del vigente contrato, se perderá el nuevo ciclo de éxitos de Ferrari. Y si el nuevo régimen de Mattiacci, bajo la dirección técnica de James Allison y basado en "la eficiencia y la velocidad en la toma de decisiones", arroja resultados antes, ¿por qué iba a marcharse entonces?
Fernando podría hacer caso a los cantos de sirena de McLaren y Honda, y volver a Woking. La cuestión es: ¿tendría más posibilidades de ganar ese tercer título aliándose de nuevo con Ron Dennis? En Ferrari sabe lo que tiene, conoce los planes de futuro y se siente como en casa -el italiano es prácticamente una segunda lengua materna para Alonso-. Así pues, su opción predilecta es quedarse donde está. Cobrando lo que su caché y su talla como piloto exigen, por supuesto. El importe de la ficha no es tan importante para un piloto puntero por el dinero que le garantiza sino por la consideración que le hace ganar.
En el 2019, Alonso tendrá la misma edad que Alain Prost cuando ganó su cuarto y último campeonato mundial. Soñar en soplar las 38 velas con tantos títulos como el piloto francés es mucho pedir, pero a pesar de todo Fernando está dispuesto a seguir vistiendo de rojo para entonces.
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