"Fernando Alonso, ese piloto que siempre se equivoca al elegir equipo..."
La victoria de Vettel y Ferrari ha puesto en el ojo del huracán el proyecto de Alonso con McLaren, todavía en estado embrionario ¿Se equivocó o no al dejar Maranello? Sólo el tiempo lo dirá
“Nos miraremos unos a otros a los ojos en un par de meses cuando estemos en los puntos o en el podio, y nos diremos que fue un viaje emocionante, y que lo hemos hecho juntos”. Así se motivaba Fernando Alonso este fin de semana con el reto de llevar a McLaren/Honda al triunfo final, con su tercer título personal.
Pero tan lejanos se antojan ambos como interminable parece la travesía del desierto con Honda, frente al espejo de un Vettel paseando la victoria de Ferrari en Sepang. Se escucha entonces el lógico clamor entre aficionados y detractores: “Se va de Ferrari, y mira...”, “se equivoca al elegir equipo…” ¿Erró Alonso y el Gran Premio de Malasia le ha cuestionado su decisión?
Vivir según el pasado es morir en el presente, y juzgar aquel con los ojos de este ofrece poco sentido. En el caso de Alonso abandonar el equipo italiano no fue cuestión de elección. Simplemente, porque no había opción.
"No vamos a ganar en dos años"
En el verano de 2013, el piloto español comprendió que la capacidad técnica de Ferrari no tenía futuro. En la era ‘híbrida’, Ferrari arrancó como un cangrejo rojo. McLaren le cortejaba desde tiempo atrás y Fernando buscaba alternativas fuera de Maranello, pero cualquier posible opción con la Scuderia se estrelló ante la gestión de un ejecutivo de ego crecido pero novel en la Fórmula 1, enfrentado a la brutal asertividad, exigencia y frustraciones de Alonso: “Tú eres un empleado más...”, “habrá que esperar, no vamos a ganar en dos años…”. En ocasiones, recibiendo a su piloto con los pies sobre la mesa en el despacho.
En el otro lado, una oferta económica astronómica, la promesa de un enorme potencial técnico y un contrato en la mesa. También Ross Brawn y Niki Lauda convencieron a Hamilton con un mensaje semejante para apostar por Mercedes cuando todavía no era el equipo del presente… ¿Alguien cree que el español desconocía que el nuevo chasis de James Allison ya ganaba décimas en el simulador de Ferrari el año pasado?
La guadaña sobre la tierra ya quemada
Pero la relación de Alonso con Ferrari era ya tierra quemada. ¿Cómo apostar por Ferrari cuando nombres como Ross Brawn, Adrian Newey y algún otro rechazaron las ofertas de Maranello el pasado año? ¿Cómo seguir cuando era ignorada la petición de asegurar una lista de personal clave señalado por el español? ¿Cómo quedarse cuando también se rompieron todos los puentes con Mattiacci en aquella reunión de partida de póker, con Vettel ya en la recámara? Sí, con aquel recién llegado al que Sergio Marchione pagó los servicios prestados de su incompetencia con las dos líneas finales de un comunicado y una potente patada lejos de Ferrari.
Una Scuderia, en definitiva, que vio liquidar en el mismo año a su presidente de los últimos 25 y a dos directores generales, pasando por el cese de toda la cúpula técnica excepto James Allison ¿Era verdaderamente Ferrari una opción? Sí, para Sebastian Vettel, con sus propios problemas en Red Bull. No para Alonso, con cinco años de decepciones a sus espaldas.
La foto de la cena en el restaurante japonés
El piloto español necesitaba una salida, y McLaren a un líder. Un matrimonio de conveniencia para ambos, sí, pero también una potente opción de futuro. No había otra. Pero una tecnología de locura, el destino y algunos errores de gestión han puesto a prueba la nueva relación nada más reiniciarse. Porque, al margen de especulaciones, resulta incuestionable que Alonso desmintió crudamente a McLaren sobre las causas del accidente de Montmeló. “Todos decimos la verdad”, se defendía Ron Dennis, que apresuró en su día las explicaciones absolutorias del monoplaza con su piloto todavía en el hospital. ¿Cómo se habrá resuelto el cisma de puertas para adentro?
Pero frente a las posibles disensiones entre Alonso y McLaren entran en juego los ingentes intereses de Honda y su gran desafío en la Fórmula 1 como fuerza nuclear. Este proyecto ha de triunfar sí o sí. Y quizás nada para expresarlo como esa sorprendente foto en un restaurante japonés que Alonso publicaba en Twitter con Ron Dennis, Eric Bouiller y su mánager, Luis García Abad, el pasado sábado por la noche después del rotundo y polémico desmentido del piloto español a la versión de su equipo. Todos ellos son conscientes de ese necesario cierre de filas, todos a una, Fuenteovejuna
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