Fórmula 1 | GP de Bahrain
Alonso víctima de la torpeza de Hamilton
Ferrari arrasó, con Massa liderando el doblete rojo por delante de Raikkonen y Kubica. La estrella de McLaren arruinó su carrera al estrellarse en la segunda vuelta con el español, que terminó décimo
Carlos Miquel | 07/04/2008
El telegrama informativo del GP de Bahrain 2008 dice que Felipe Massa rompió su maldición de no haber ganado nunca desde fuera de la pole y lideró un tremendo doblete de Ferrari. Ambos superaron a Kubica y Heidfeld, los dos BMW, que pudieron sin problemas con los McLaren. Debacle de plata, con Kovalainen (sorprendente vuelta rápida) quinto y Hamilton, 13º. Alonso terminó décimo y fuera de los puntos después de sufrir un golpe del británico.
Sin Fernando al lado, Lewis no es tan bueno. El piloto inglés caló el coche en la salida, el sistema de autoarranque evitó que se quedara parado del todo, y le pasó medio pelotón. Entre ellos, su compañero Kovalainen, al que el asturiano de Renault le ha puesto el mote de 'Prosikito', y su antiguo colega de las Flechas de Plata. Totalmente desatado, comenzó a acosar a Alonso, que pasó por el camino al Honda de Button, que le precedía en la parrilla.
En la curva cuatro ya le quitó de un toque la luz de freno. Y en la segunda vuelta redobló su ataque con el mucho más poderoso McLaren. A la salida de una curva, con el R28 completamente atrancado en sus pérdidas de tracción, el MP4/23 se pegó a su rival, pero Lewis reaccionó como si corriera solo y, en lugar de levantar el pie del acelerador, decidió seguir a fondo. Arrolló al coche número cinco, las ruedas hicieron de catapulta y aterrizó con su morro sobre el alerón trasero del ovetense. "¡Brake test, brake test!". En la sala de prensa de Bahrain los periodistas británicos creen en ese momento que su enemigo público número uno es el culpable del incidente por una frenada fuera de lugar.
Se trata de tapar el tremendo error de alguien al que han calificado como el nuevo Schumacher antes de darle tiempo para desarrollar su talento. Y que vivió en 2007 de los reglajes, telemetría, desventajas técnicas y ambiente hostil que padeció el bicampeón del mundo. Y de un coche excelente que ya no lo es tanto esta temporada con él como capitán del barco en las decisiones técnicas de McLaren. Al término de la carrera se fueron lanzados a por el ovetense, que les remitió a Pat Symonds, que no tuvo reparo en demostrarles con la telemetría en la mano que Alonso no dejó de acelerar nunca.
Consecuencias.
El accidente perjudicó a ambos pilotos. Lewis escapó a la tentación de demonizar a Fernando, aunque dijo que se movió a la derecha (la siguiente curva era para ese lado). Le destrozó el alerón trasero y penalizó aún más el deficiente comportamiento del monoplaza francés. Poco después, la estrella de Renault se salió con el aceite que había en la pista y Webber aprovechó para pasarle. Noveno desde ese momento, los tiempos con el alerón tocado eran tres décimas por vuelta peores que en condiciones normales. Algo que aprovechó Timo Glock para acosarle y finalmente pasarle en boxes después de la primera parada.
Desde entonces, Fernando fue décimo y ni siquiera un posterior error de su rival sirvió para pasarle. Volvió a quedarse atrancado a la salida de una curva con el botijo naranja. No hubo sorpresas y el asturiano tuvo que conformarse con su primer gran premio fuera de los puntos desde el de Hungría 2005, aquél en el que destrozó su coche en un bordillo después de un toque con Ralf. Minutos después de la carrera bromeaba con ello: "Aquel año gané el título, así que".
Para Hamilton, su remontada, ya con el morro cambiado, fue una tortura. El monoplaza no iba fino y algunos pilotos, como Sato o Fisichella, osaron mostrarle oposición. El italiano terminó delante suyo y se permitió el lujo de marcar la undécima vuelta rápida en carrera, por delante de Piquet y Alonso.
Delante hay que destacar la mala salida del sorprendente poleman, que se quedó casi parado en los primeros metros, y la brillantez que posee el habitualmente gris Massa en tres pistas del Mundial. En Sakhir, Turquía y Brasil tiene algo extra que le acerca a los más grandes. Ferrari ha conseguido rehabilitarle y hasta Kimi, nuevo líder del Mundial, terminó satisfecho con la operación de endosarle ocho puntos a Hamilton. De Raikkonen hay que quedarse con su adelantamiento por fuera a Kubica y lamentar sus apagones de rendimiento durante algunos momentos de la carrera en los que parecía dormirse. Kovalainen llegó a estar a menos de dos segundos. Fue un espejismo en medio del desierto.
Ahora la gran esperanza de Renault es el kit aerodinámico y la suspensión delantera con un amortiguador inercial que estrenarán en Barcelona. El probador Lucas di Grassi ya ha validado las piezas en un test aerodinámico en un aeródromo de Inglaterra. Es más una cuestión de fe que otra cosa, pero las cuatro décimas o medio segundo por vuelta pueden servir para pasar menos apuros. Fernando lo definía mientras tomaba el fresco en la terraza de Renault en Bahrain: "Ésa es la cuerda que tenemos para salir del agua". El plan A de la escudería francesa ya se ha hundido, ahora tocar llevar a buen puerto a los náufragos en su nuevo plan B, el R28 evolución que Alonso probará el 15 y 16 de abril. El objetivo es tomar el papel de Jarno Trulli, sexto ayer y cuarto en Sepang, sobre la base del peor monoplaza que Alonso ha llevado en la F-1 desde su etapa de Minardi.
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