Durante el año y medio que Lewis Hamilton lleva peleando entre los mejores pilotos del mundo, hay una sombra, una imagen, que le ha acompañado a todos y cada uno de los grandes premios que ha disputado: su padre Anthony. Es el celoso guardaespaldas de su carrera y quien le lleva asesorando desde que el chaval empezaba en los karts a los once años. Hasta ahora.
El piloto británico y su círculo de confianza se han dado cuenta de que su imagen empieza a ser un filón y quieren explotarla al máximo. Lewis ya es imagen de Reebok y Pepsi, contratos logrados por su padre, pero quiere más. De hecho, el plan es convertirle en el nuevo Beckham con su imagen.
Julian Jakobi, un tipo influyentePara ello, Lewis ha decidido contratar los servicios de un mánager profesional, que lleve sus asuntos económicos y de imagen, liberando a su padre de esta tarea y dejándole, solamente, al frente del aspecto deportivo. El elegido es uno de los hombres más influyentes dentro del gran circo. Se trata de Julian Jakobi, uno de los mánagers más cotizados del mercado y que ya tuvo con él a gente como Alain Prost, Ayrton Senna o Juan Pablo Montoya, al que consiguió contratos de imagen multimillonarios.
De esta forma, Hamilton también se desvincula en ciertos aspectos de Ron Dennis. El patrón de McLaren siempre ha sido un segundo padre para él, pero ahora parece que el piloto se ha cansado un poco de su control, que ya le ha llevado a más de una discusión por las apariciones públicas del piloto.
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