Los hombres del tiempo de Renault o Ferrari se están luciendo esta temporada. Primero fue Mónaco y después, en Inglaterra, rizaron el rizo de la torpeza. Alonso paró en la vuelta 19, mantuvo los neumáticos intermedios de agua, ya lisos, porque el equipo estaba seguro de que no volvería a llover y descargó el chaparrón unas vueltas después. Raikkonen paró en la 20, cuando ya chispeaba, y repitió el error de Fernando. Hamilton, en esa misma vuelta, sí que cambió de neumáticos, puso intermedios nuevos y fue un rayo. ¿Cómo es posible que unos vean venir las nubes y otros lean un anticiclón?
Pues porque ya no hay hombre del tiempo en las escuderías, ya no existe un equipo de técnicos con radares y helicópteros fuera del circuito como hasta el año 2007. Antes los equipos potentes tenían a tres tipos sobrevolando la zona con antenas y equipamiento. Entre ellos un meteorólogo interpretaba los datos que dos técnicos le proporcionaban con varios radares y desde el helicóptero que volaba junto al frente de lluvia para medir con exactitud la posición, la dirección y la velocidad que tomaba la nube que estaba descargando agua. El error era mínimo, pero en esa desenfrenada carrera por ahorrar costes y personal, FIA y equipos decidieron que era un lujo que se podían evitar cambiándolo por otro servicio común para todos los equipos del Mundial a la vez.
El piloto no decide
Ahora un servicio vía Internet de Meteo France es el que da cobertura a todos los equipos, que tienen un radar meteorológico propio en sus camiones como máxima tecnología punta. Y, claro, a falta de datos llega la interpretación, y a falta de especialistas y meteorólogos, pues le toca al ingeniero de turno decidir sobre isobaras y marejadas, vientos y nubes. Y el Picazo alemán que tengan en BMW o McLaren se está mostrando infalible en comparación con el de Renault o Ferrari.
¿Y el piloto no puede cambiar la decisión? Según confesó a MARCA Dennis Chevrier, responsable de motores de Renault, "la decisión se toma conjuntamente". "Se hace con la gente del muro (Briatore, Symonds, etcétera) y se le consulta al piloto que está viendo la pista, pero claro, los datos meteorológicos los tenemos nosotros y las predicciones también, por lo que el piloto tiene que fiarse”. Alonso lo hizo y le dejaron la goma equivocada porque lejos de salir el sol, llegó Noé con el Arca y dejó el asfalto de Silvertone como una auténtica piscina.
"Ganamos juntos y perdemos juntos", acertó a decir Raikkonen, que al igual que Fernando, palmó más de medio minuto y posiblemente una victoria. Alonso se dejó la segunda plaza, porque a Piquet, que entró sólo una vuelta después, sí que le pusieron intermedios. "En lluvia al final hay decisiones y se acierta o no por pequeños detalles", dijo el asturiano, que cada vez que hay una carrera rara o donde se exige cierta cintura, se echa a temblar porque de momento las estrategias no le están siendo favorables.
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