Ayer Raikkonen, cuando estaba en pleno duelo por la cuarta plaza con Kovalainen (con ambos en el repostaje), se adelantó y salió cuando la luz estaba aún en ámbar. El caso es que la luz verde sólo aparece en el momento que el hombre de la manguera, el refueller, termina con el proceso de inyectar gasolina. En caso de salir con ese pequeño semáforo en naranja, el mecánico debe hacer un ejercicio de reflejos tremendo para sacar la manguera y no acabar como terminó ayer Pietro Timpini, en el suelo. Pietro se cayó y Kimi lo pisó con la rueda trasera derecha de su coche. En el caos el campeón se paró hasta que todo estuvo en orden.
Preocupación. Las primeras imágenes fueron algo alarmantes, pero finalmente se supo que el mecánico italiano sólo tiene una pequeña fractura del metatarsiano del pie izquierdo y un golpe en la espalda. Raikkonen reconoció su error después de la carrera: "En la segunda parada salí antes de lo que me indicaron. Afortunadamente, Pietro Timpini no está herido de consideración. Le deseo lo mejor y espero su pronta recuperación. Después, el motor se rompió y aún no sabemos las causas".
Stefano Domenicali, jefe del equipo italiano, le dedicó también unas palabras: "Las primeras palabras de Kimi hacia él fueron de disculpas y de reconocer que el accidente fue un fallo suyo". Y Luca Baldiserri, el director general, habló de la rotura de motor: "Tenemos un enorme potencial como escudería y por nuestro monoplaza, y podemos estar por delante de todos los demás, pero si no hacemos trabajar todo ello de una manera óptima podemos seguir perdiendo muchos puntos. Trabajamos ya para solucionar un problema similar al que sufrió Felipe Massa en Hungría".
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