Fernando Alonso volvió a colocar el sábado al R28 cerca de los mejores, donde muy pocos pilotos podrían ubicar a este monoplaza, tras los cuatro gigantes y a tortas con un BMW.
Ross Brawn, mandamás de Honda, insistió en que “Alonso es el mejor piloto del mundo y que tiene su futuro en sus manos”, y por segundo día consecutivo le tiró los tejos de forma brutal en el trazado belga.
Pero Fernando sólo tiene ojos para Ferrari, se mire por donde se mire, se analice como se analice. El sábado, sin previo aviso, casi de refilón lanzó por primera vez la mayor declaración de amor que se le recuerda en años. “Si Ferrari quiere, me tendrá, y si no quiere no me tendrá, no depende de si gana o no gana el título”, señaló el piloto español en italiano ante las televisiones italianas tras la calificación del Gran Premio de Bélgica.
Pocas veces se ha expresado tan claro el asturiano, que reconoce así que su llegada a la Scuderia depende sólo de los deseos de ésta, que está en sus manos decidirse, es la primera opción del bicampeón del mundo. Está apurando hasta el último segundo, a que se decida si 2009, 2010 o cuándo, ya que ni siquiera depende de que Massa o Raikkonen ganen, sino de cuándo los puedan largar.
Así están las cosas, y como él espera a Ferrari el resto debe esperar a Fernando. De hecho así lo hacen algunos equipos como BMW, que siguen rompiendo hojas del calendario. Muchos colocan el límite en Monza la semana que viene, ya que está señalado en el almanaque de todos como el escenario ideal de los anuncios, los sustos y las aclaraciones.
Pero Alonso insiste día tras día en que no, que Monza no es su meta ni su destino. “No tengo nada claro para el año que viene, nada decidido y tampoco es el momento ahora de hacerlo al final de estas etapas de carreras, será tiempo de mirar. Estoy tranquilo; ¿qué me gustaría estar muchos años en un equipo, o pocos años?, pues no lo sé. Cuando voy a un equipo quiero ganar, que es lo que quería cuando firmé por Renault el año pasado, no se ha conseguido, se ha trabajado lo mejor posible y para el año que viene otra vez intentaré ganar, sea donde sea”.
Pero por si acaso a alguien le entran antes las prisas, Fernando no se despista y desde hace semanas está jugando sus bazas y afina sus mensajes para que lleguen a los oídos que tiene que llegar. Así, el de ayer suena a petición de mano oficial con anillo de compromiso y todo. Lo bueno es que el español no sólo habla fuera de la pista, sino que primero habla dentro y con voz fuerte.
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