Por primera vez desde 2003, año en el que se instauró el nuevo sistema de puntuación en la Fórmula 1, Lewis Hamilton es el primer campeón que no lo hubiera sido con el sistema tradicional. Hasta entonces, puntuaban sólo los seis primeros y el ganador de la carrera se llevaba 10 puntos y el segundo sólo 6, lo que primaba la victoria por delante del conservadurismo. Con aquel sistema aplicado a esta temporada, Massa hubiera cosechado 85 puntos por 83 de Hamilton y los titulares serían hoy opuestos.
Lo irónico es que Hamilton debe agradecerle el título a uno de los padrinos de Massa, Schumacher. Él es el único responsable de que el sistema antiguo cambiara, a pesar de ser considerado más justo en el mundillo de la Fórmula 1: entonces el simple hecho de puntuar para ciertos equipos era una hazaña, como las que encarnaron en su día Luis Pérez Sala, Marc Gené o Pedro de la Rosa.
Schumacher fue el 'culpable' del cambio
La razón del cambio no es otra que el rodillo que el alemán aplicó a sus rivales en 2002, cuando se proclamó campeón en Francia, en julio, en la undécima prueba de las 17 programadas. Ecclestone y Mosley decidieron que su show no podía quedar muerto a mitad de curso y se sacaron de la manga la injusticia de los 8 puntos para el segundo, para ver si alguien aguantaba al año siguiente el tirón de Michael, que había concluido con 11 victorias. Era el quinto título de Schumi, el tercero con Ferrari, y aquello no podía seguir así.
Y lo consiguieron. Al año siguiente lograron que el título se decidiera en la última carrera de Japón y los dos contendientes fueron Michael, campeón final y Kimi Raikkonen, segundo a dos puntos. La injusticia estriba en que el finlandés llegó con opciones de ser campeón con una sola victoria y que Schumacher no se había asegurado el cetro después de ganar seis carreras.
Ecclestone quiere un 'sistema olímpico'
Hoy día, con la situación de la parrilla mucho más cerrada y sin un equipo que arrase como lo hacía aquel Ferrari, se está intentando revisar la historia. Apenas hace un mes, Ecclestone hablaba de crear un sistema olímpico para decidir el campeonato, es decir, aplicar el mismo baremo que se utiliza para confeccionar el medallero en los Juegos. Primero se tendrían en cuenta las victorias y sólo en caso de empate decidirían los segundos y terceros puestos. Con este sistema también habría perdido Hamilton el Mundial, pues cuenta con dos medallas de oro menos que Massa en 2008.
Lo cierto es que nadie se acordará de ese detalle cuando se revise el palmarés y muy pocos que Massa mereció más el campeonato. Los segundos no pasan a la historia y los primeros, como aquel Barça del Dream Team de Cruyff, que ganó de forma agónica y quizás inmerecida tres de sus cuatro títulos de Liga, son sobredimensionados. Hoy, con el paso de los años, ha quedado en los libros como uno de los mejores de todos los tiempos. El deporte tiene estas cosas.
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