Durante la temporada 2008, la mirada de Kimi Räikkönen no era la misma cuando la victoria se les escapaba de las manos. Se habló de desmotivación y de un bajón en su rendimiento cada vez que no podía subirse a lo más alto del podio. Ahora, él mismo lo confirma: "Si uno sabe que sólo puede luchar por el tercer lugar, entonces quizá no se tiene la misma velocidad durante el resto de la carrera".
Esa falta de rendimiento y regularidad podría estar detrás de su tercer puesto en la clasificación final del mundial. Kimi lo sabe pero no puede evitar la desmotivación cuando rueda enfrascado en el pelotón: "Si no hay oportunidades de adelantar o mejorar la posición, definitivamente no hay mucho interés", asegura a MTV3, una televisión finlandesa.
Kimi sólo ganó dos carreras a lo largo del año (igual que Fernando Alonso), y se fue diluyendo hasta perder su título mundial en manos de Lewis Hamilton. Cuando salió de la lucha y perdió todas las opciones, confiesa, no tenía mucho sentido pisar el acelerador: "Cuando uno pilota por el título, naturalmente las cosas son completamente diferentes". Luca Colajanni, portavoz de Ferrari, es quien tiende una mano a Kimi y le defiende: "Aún cuando está de mal humor, siempre se comporta profesionalmente".
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