Todavía estoy mareado. No por la intensidad del día, que hoy ha sido más bien tranquilo, estoy mareado por la vuelta que me he dado al nuevo Nurburgring con Pedro de la Rosa. Todos los jueves y viernes aquí en Nurburgring se organiza de seis a siete una sesión de vueltas con los pilotos.
Es un premio para algunos aficionados que han comprado un determinado tipo de entrada que pueden darse una vuelta con Alonso, Webber, Vettel... y compañía en coches increíbles. Bueno, casi todos coches increíbles. Audi R8 para Bourdais y Buemi, Mercedes AMG para Button, Barrichello, Pedro... un flamante Ferrari 430 para Gené... y un Renault Clio para Fernando, Piquet y Webber. Con esto no quiero decir que el Clio sea un mal coche, el problema es que los otros le cuadruplicaban en potencia y el pobre Fernando se desesperaba cuando todos le arrancaban las pegatinas en las rectas. Nira se ha subido con él, le ha dado una vuelta y cuando se ha bajado tenía la mirada perdida. Cuando ha vuelto en sí me ha dicho (creo que algo aturdida todavía): "conduce mucho mejor que tú". Joer, como para no serlo, es bicampeón del mundo de Fórmula 1. No es que conduzca mejor que yo, es que yo no le llego a la suela del zapato a él ni a cualquiera de los pilotos que corren en el más modesto rally de tierra de cualquier pueblo de España.
Yo me he subido junto con Alvarito, con Pedro. Dios, que vértigo. Llevaba varias vueltas con aficionados, portándose de una forma prudente, y cuándo nos hemos subido nosotros ha dicho: "Qué bien, ahora voy a divertirme un poco. Vamos a hacer un 360 en la primera curva". Yo he ido frenando en la moqueta desde el primer metro y cuando hemos llegado a la primera curva ha hecho un trompo completo y ha seguido tan pancho. He de decir, para alardear un poco de nuestro valor, que llovía. El coche se iba en cada curva y Pedro lo llevaba al límite metro tras metro. He de decir que cuando escribo estas líneas, cuatro horas después, aún me da vueltas la cabeza. Lo de Alvarito ha sido peor. Justo después de bajarse del Mercedes se ha subido con Fernando y en su caso, además, ha ido grabando. Del Clio se ha bajado verde. Afortunadamente para él, no ha habido tiempo para subirse con Marc en el Ferrari.
Y ya que hablamos de Ferrari, ni que decir tiene que Fernando ha tenido que negar hoy en varios idiomas que lo que publica la prensa italiana de su futuro es lo mismo que se lleva diciendo desde hace años. Raikkonen, por su parte, ha dicho que el quiere seguir el próximo año, pero la realidad, desde mi punto de vista, son posiciones lógicas. Si Fernando lo tuviese hecho con Ferrari, no podría decirlo y en la posición delicada que está Raikkonen, tiene todo el derecho del mundo de apuntalarse en el equipo. De todas formas su salida será, si se produce, sólo una cuestión de dinero y de tacto. Un buen talón y una buena coartada para justificar su marcha.
La FOTA y la FIA siguen a la gresca, pero hoy nadie les ha prestado mucha atención. Estamos hartos. Todo el mundo tiene claro que esto se va a arreglar.
Ha llovido mucho y el pronóstico insiste en que seguirá lloviendo hasta el domingo. Podríamos tener una carrera mojada y eso podría darnos más esperanzas y, sobre todo, más espectáculo. He hablado con Fernando y me ha confirmado que las mejoras aquí le van a dar unas dos décimas y media si se cumple lo que dice el túnel del viento. Estaría bien, pero no olvidéis que los demás también han mejorado. El problema este año, a diferecia de otros, es que los equipos van a seguir evolucionando sus coches hasta el final. La razón es simple: Todo lo que mejoren este año les sirve para el próximo. El año pasado Renault progreso mucho al final, porque ellos siguieron evolucionando mientras que la mayoría de equipos empezaron a pensar en 2009.
Bueno, me voy a dormir. Buenas noches.
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