Bandera de China
Cuando los pilotos lleguen al faraónico circuito de Shanghái, con las más modernas, tecnológicas y completas instalaciones del mundial, se encontrarán con una sorpresa: hacer algo tan simple como acceder a su cuenta de Twitter será harto complicado. ¿Fallos informáticos, redes problemáticas, sobrecarga de usuarios…? No, censura pura y dura en el siglo XXI.
El ultramoderno circuito de Shanghái, en China, contrasta con su desfasada censura: el gobierno controla los medios de comunicación e incluso Internet. Este veto llegó el año pasado hasta los foros y las páginas sociales muy populares, como Twitter, donde gran parte de los pilotos, jefes de equipos, departamentos de relaciones públicas y demás personalidades de la Fórmula 1 crearon durante la pretemporada su propio hueco de información personal. Sin embargo, algunos han encontrado la manera de escapar de la censura del gobierno chino y su recorte de la libertad de expresión.
Cuando Karun Chandhok llegó a China para la disputa del gran premio de este fin de semana, se encontró en el aeropuerto con tres “muy amables admiradores” que le dieron algunos trucos para sortear la censura gubernamental. No debe de ser el único que ha recibido “consejos”: Mike Gascoyne, Mark Webber, Heikki Kovalainen y varios periodistas han podido acceder a sus cuentas desde Shanghái. Pero no todos han tenido esa suerte, y todavía no está claro si los treinta mil policías que velan por que se cumpla la censura del gobierno en Internet entrarán en acción. Por si acaso, el responsable de la cuenta de Virgin Racing asegura: “Probablemente nosotros simplemente busquemos una mejor solución para el próximo año”. (GMM)
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