Al menos durante la primera mitad de los 80, la prensa especializada otorgaba anualmente los Premios Naranja y Limón a aquellos personajes que resultaban simpáticos e irritantes (o directamente insoportablres) respectivamente dentro del círculo de la F1.
Mi voto para el Premio Limón va para Carlitos Whiting y su pareja de hecho, Lewis Hamilton. Pero Limón con clavos oxidados dentro.
Mi Premio Naranja querda desierto, ya que no está el caradura de Flavio Briatore.