Ya hemos visto en otras ocasiones varios ejemplos de simuladores de Fórmula 1 caseros hechos por fervientes aficionados del "gran circo", pero nada como lo que os traemos hoy.
Un grupo de jóvenes ingenieros del Instituto Max Planck de Cibernética Biológica, en Tübingen (Alemania), han creado el simulador que veis sobre estas líneas a partir de un brazo robótico de esos que se usan en las fábricas para levantar pesos o pintar grandes superficies.
A partir de ahora, además de no tener miedo a la velocidad, para subirse a un F1 será necesario no tener vértigo.