Amigos fuera de la pista, enemigos dentro. Fernando Alonso y Pedro de la Rosa miran por sus intereses y de ahí que no coincidan en el calificativo hacia los nuevos neumáticos de la Fórmula 1 en sus declaraciones de ayer. El piloto que ayudó a su fabricación durante esta pretemporada no dudó en afirmar que “hay que dar un aplauso a Pirelli”. Tal felicitación no es por la conclusión que ha obtenido el asturiano del compuesto: “Las ‘canicas’ que desprende al degradarse provocan que el monoplaza resbale en la frenada”. En Italia hablan del malestar de Alonso hacia Pirelli, un nuevo problema para la Scuderia.
El desgaste que sufren las gomas en el asfalto hace que la pista se llene de restos de neumáticos, apodados oficialmente en el Gran Circo como ‘canicas’. El año pasado esos desperdicios eran mínimos y propiciaban al monoplaza un mayor agarre al suelo. Ahora, las bolas o canicas parecen peligrosas ya que, como explicó ayer Fernando Alonso, los pilotos deben ser “cuidadosos porque si las bolas se pegan al neumático afectará negativamente al frenado, la tracción se perderá y habrá riesgo de salirse de la pista”.
Precisamente Vitaly Petrov echa la culpa a esas ‘canicas’ de su visita al césped en el pasado GP de Malasia, “el Renault, de repente, perdió agarre”. Cierto es que su ‘resbalón’ no hubiera tenido consecuencias negativas de no ser por el posterior vuelo (no tenía a nadie pisándole los talones). Pero aquí es donde la preocupación crece: ¿qué pasará en circuitos donde no haya escapatorias? Y por dar otra vuelta a ese resbalón, ¿y si hubiera habido un coche siguiéndole y en el momento del vuelo pasara por el lugar donde aterrizó el ruso?
En Montreal, Singapur y Mónaco será decisivo
Son preguntas que como espectador quedan muy lejos. Demasiada casualidad. Sin embargo, también sonaba remoto que una rueda suelta pudiera impactar en la cabeza de un piloto y así murió Henry Sourtees (de Fórmula 2) en julio de 2009. Desde entonces, los neumáticos van unidos por una cuerda metálica al monoplaza. Los pilotos se ponen en la peor situación y de ahí que sus quejas por las ‘canicas’ vayan más allá de perder una posición. “En Montreal, Singapur y Mónaco la pista es estrecha y no hay vías de evacuación”, razona Alonso.
La seguridad es una cuestión que la FIA ha tratado como un tema prioritario en esta última década. De ahí que en Pirelli, el jefe de su departamento de Fórmula 1, Paul Hembery, no haya dudado en advertir que “si hubiera un problema se discutirá y, si se diese el caso, se actuaría”. No obstante, la marca italiana no ha iniciado ninguna modificación de su producto.
"Hay que aplaudir a Pirelli por arriesgarse suministrando neumáticos con una elevada degradación, buenos para el espectáculo". Las palabras de De la Rosa son positivas, como dice él mismo, desde el punto de vista del aficionado. Como piloto de Pirelli en esta pretemporada se enorgullece de decir que los nuevos neumáticos han cumplido el objetivo por el que fueron contratados. Otra cosa es que esto suponga poner un peligro para la integridad de los pilotos.
FIA ‘vs’ Ecclestone
Si la FIA persigue la seguridad, la FOM de Bernie Ecclestone apuesta por la emoción en las carreras. De momento, lo ha conseguido. Dos carreras con un mismo dominador pero muy atractivas y sin aburrimiento. El año pasado, tras la parada (hacia mitad de carrera) era raro ver algún adelantamiento. Ahora, como reconoció el propio Alonso, “hasta las últimas cuatro o cinco vueltas no se ve realmente quién va a ganar”.
Una vez más, se ha iniciado un pulso entre la seguridad y el espectáculo. En Sepang se repartieron el premio ya que, si bien es cierto que fue una carrera apasionante, la FIA se encargó de poner un límite al espectáculo penalizando el intento de adelantamiento a Alonso y el zigzag de Lewis Hamilton.
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