No le va el aire de cara a Stefano Domenicali. Educado, amable, trabajador, entusiasta, lo cierto es que el jefe de Ferrari no está siendo capaz de hacer que su equipo funcione como se espera de la escudería más grande de la historia de la Fórmula 1. Desde que en 2008 se hizo cargo de la máxima responsabilidad en la leyenda italiana, sólo ha logrado 15 victorias de 66 posibles, el 22%, y aún no ha conseguido un título mundial, una circunstancia que se repetirá este año dada la superioridad de Red Bull y Vettel.
Pero si algo hay que considerarle a este directivo de Ímola es que siempre da explicaciones, en los momentos buenos y en los malos. En Spa, tras una nueva decepción, Stefano apareció ante los medios, como hace siempre. Y este es su análisis de la carrera: "Vimos a nuestro coche rendir de dos maneras diferentes, dependiendo de qué neumáticos usáramos: muy bueno con el blando, sobre todo con Fernando, pero sin duda fatal con el medio. Fue una vergüenza, así se explica que Fernando, quien ofreció un extraordinario rendimiento en cabeza, luchase por la victoria en la primera tanda, luego perdió ritmo y también un podio muy merecido".
Claramente está identificado el problema con los neumáticos más duros, algo que se agravó en Bélgica con la suspensión específica para este circuito: "Hemos recuperado terreno en algunas áreas, pero en los neumáticos nos hemos quedado atrás". Ahora llega Monza y el objetivo sólo puede ser ganar.
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