El congreso del país sudamericano está investigando si el patrocinio de la petrolera estatal PDVSA en la escudería británica, que rondaría los 30 millones de euros por año, cumplió todos los requisitos legales
Williams aún no ha hecho público su previo del GP de Brasil, el circuito, sus curvas, el DRS... Tiene otras cosas en qué pensar, muchos papeles sobre la mesa, demasiados, y un post it que suena a amenaza: Venezuela podría retirar el patrocinio de la petrolera PDVSA, que ronda la apreciable cifra de 30 millones de euros por año, si se confirma que no siguió el protocolo exigido en ese tipo de acuerdos. Un nubarrón más en el cielo de Williams, que vive la peor temporada de su historia.
La voz cantante de ese Williamsgate es el congresista venezolano Carlos Ramos, que el pasado lunes envió una carta a la escudería de Grove pidiendo explicaciones. "Me gustaría pedirles una copia del contrato original entre Williams F1 y PDVSA para tenerlo en cuenta en la investigación que una comisión del Congreso de Venezuela está llevando a cabo al respecto", arranca la misiva, fechada en Caracas. "Como sabrán, según las leyes de Venezuela un gasto de este tipo debe recibir la aprobación del Congreso. Y como también sabrán, nuestro Congreso no ha autorizado este contrato", añade la carta.
Más adelante, Carlos Ramos, como si resumiera esos diez mandamientos en sólo dos, desglosa sus exigencias: 1º, conocer el desembolso económico de PDVSA a Williams. Y 2º, recibir facturas que avalen dichos pagos hasta la fecha. La investigación del gobierno venezolano sigue adelante y, de confirmarse que el aterrizaje de PDVSA fue ilegal, tendría un primer perjudicado: Pastor Maldonado. Su llegada a la F-1 ya deparó cierta ambigüedad. Mientras que Sir Frank Williams no reconocía abiertamente el peso de PDVSA en el fichaje del piloto, el propio presidente venezolano, Hugo Chávez, sacaba pecho: "Apoyamos a Pastor Maldonado y a su equipo a través de Petróleos de Venezuela (PDVSA)".
La posible salida de Maldonado del equipo haría cotizar al alza -si es que en estos días algo puede cotizar al alza- a Kimi Raikkonen, que desde hace varias semanas se deja querer. En las últimas horas se ha llegado a barajar incluso la posibilidad de que el piloto finlandés, campeón del mundo de Fórmula 1 en 2007, pudiera comprar acciones de Williams para hacerse con un hueco en la parrilla de 2012. Las puertas de Renault también parecen haberse abierto de repente tras las quejas de Petrov en la escudería francesa. Pero todo son por ahora rumores, porque Williams mantiene la boca cerrada. Nadie ha querido pronunciarse sobre la investigación en Venezuela. Tampoco sobre la alineación que presentará el equipo en el Mundial 2012. Desde ciertos medios se apunta que antes del próximo domingo, cuando el GP de Brasil cierre el campeonato, se sabrá quién releva a Barrichello si al final se retira.
Raikkonen acelera, también lo hace Adrian Sutil e incluso Valtteri Bottas, quien ha causado una gran impresión en los test de jóvenes celebrados esta semana en Abu Dhabi. ¿Y Maldonado? Bastante tiene con centrarse en Interlagos y dejar atrás esa carrera en la que los patrocinios vuelan incluso sin DRS.
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